Alejandro Urdapilleta

Perfiles: Alejandro Urdapilleta

La palabra legado tiene una carga pesadísima en cualquier aspecto de la vida, en la cultura connota un rumbo, un camino transitado a seguir, entre otras cosas. Alejandro Urdapilleta nos dejó muchísimo para analizar, visitar, revisitar y aprender a lo largo de sus intensos 59 años. Durante todo este episodio, intentaremos repasar un poco de todo lo que hizo y lo que nos dejó, lo cual día a día se torna cada vez más valioso.

Analía Bustamante desde su sección «Perfiles» intenta traer personajes destacados de nuestra cultura, Urdapilleta nació en Uruguay en 1954, siempre con la idea de la actuación como profesión y como medio de subsistencia, a pesar de una estadía en Europa a finales de la década del 70, que lo tuvo trabajando en una embajada.

«El teatro tomado desde lo lúdico», este concepto cruza toda la vida de Alejandro, quien llegó a la televisión de la mano de Antonio Gasalla y su inolvidable «Palacio de la Risa», programa disruptivo en la televisión de aire de aquel entonces.

Urda, como le decían sus amigos, vuelve a la Argentina en 1981 y, conoce a Humberto Tortonese y Batato Barea, entre los tres marcan una época en el under teatral y corren los límites. Los «80» de Buenos Aires eran un caldo de cultivo, mucha cultura en subsuelos y una fuente inagotable de talento que empieza a llegar al mainstream.

La carrera de Urdapilleta tiene como highlights su versión de «Rey Lear», «Tumberos»; «Sol Negro», entre muchas más. Un perfil difícil de abordar y, que solo buscaba una vida mundana como cualquier otra. Detestaba ser reconocido y ser sometido a todos los protocolos que una estrella soporta, eso engrandece aún más su figura día a día.

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