Vigencia, talento, perseverancia, carisma y estética. Todas estas palabras describen lo que sucede cuando Babasónicos pisa un escenario. Y en Cosquín Rock 2025, una vez más, lo hicieron en horario estelar, como su historia lo demanda.
Con un Adrián Dárgelos en estado de gracia—mágico, hedonista y glamoroso—la banda desplegó un show que fue puro vértigo y seducción. El líder se movió con su elegancia característica, recorriendo el escenario de punta a punta, mientras Babasónicos ofrecía un setlist pensado para un festival enorme, como lo fue el Cosquín Rock 2025: preciso, implacable y con algunas joyas inesperadas.
Entre los momentos más destacados de la noche, «Sin mi diablo» fue una de esas perlitas que sorprendieron a los fanáticos más atentos. Pero el núcleo del show estuvo cargado de clásicos infalibles, con temas de «Jessico», «Infame» y «Romantisísmico», discos que marcaron distintas etapas del rock argentino y que siguen sonando tan vigentes como siempre.
El futuro de Babasónicos promete un año movido: con una gira europea confirmada para el último trimestre y un nuevo disco en proceso, la banda sigue caminando con paso firme hacia sus 40 años de trayectoria. Modernos, arriesgados y con un brillo que lejos de desgastarse, parece intensificarse con el tiempo, demuestran que su legado sigue en construcción y que el techo, si es que lo tienen, aún está lejos.
Las capturas de Leandro Olivo, una vez más presente en la edición número 25 del Cosquín Rock.
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