El 2022 arrancó con todo en el mundo geek, con el anuncio de que el gigante tecnologico Microsoft desembolsa cerca de 70.000 millones de dolares para adquirir al desarrollador de los videojuegos.
El metaverso constituye uno de los objetivos de la multimillonaria compra de la productora de videojuegos; ampliar su catálogo para derrotar a Sony representa un objetivo más a corto plazo. Además, esta transacción también muestra que los videojuegos ya no son simple entretenimiento. Se fueron convirtiendo en armas que los gigantes tecnológicos usan para encaminar nuestro futuro en la dirección que ellos prefieran.
Estas compañias ahora creen que los videojuegos son el portal para avanzar más rápido hacia lo que sea que resulte ser ese internet futuro más inmersivo, el famoso metaverso.
Los videojuegos fueron durante mucho tiempo un pantallazo a lo que es posible. Incluso antes de que pasáramos horas en Facebook y YouTube, los diseñadores de videojuegos creaban mundos que no existían, pero que parecían reales.
Los juegos estuvieron entre los primeros productos de consumo que probaron que las personas pagarían por cosas virtuales (por ejemplo, armas, ropa o tractores en “FarmVille”). Los gamers ya viven en el metaverso, y las empresas tecnológicas quieren llevar ese sentido de imaginación a cada aspecto de la vida online incluyendo amistades, compra, etc.
Es difícil saber si alguna de estas grandes empresas tecnológicas entiende con exactitud cómo desea que se vea el internet más inmersivo. Tampoco esta claro si queremos que Zuckerberg o el director de Microsoft, Satya Nadella, dicten el futuro de las interacciones humanas virtuales. Lo que está claro es que la inversión de dinero hacia los videojuegos y otras tecnologías inmersivas indica que los titanes de la tecnología están apostando mucho a esto.
