Que siga la alegría, vieja

2 Minutos en Groove

Allá por el comienzo de los noventa, los menos aficionados al punk nos enterábamos de una banda oriunda de Valentín Alsina, la cual había editado un disco larguísimo con muchos hits, entre otros había uno que hablaba de un pibe de barrio que se había transformado en policía. Así fue la llegada de Mosca y su gente a los oídos medios, hoy la escena los tiene incorporados entre sus bandas mimadas y con una carrera que los llevó a recorrer América muchísimas veces.

Hace poco menos de un año, el Luna Park era testigo de los comienzos de los festejos con un show de casi tres horas, el sábado pasado comenzaron una triada de conciertos en Groove con una puesta en escena novedosa, un bar repleto de amigos que se sumaban a una de las noches que va a quedar en la historia de esos fanáticos que permiten mantener el espíritu anárquico de sus conciertos.

El desenfado, la furia, la improvisación y la espontaneidad son aspectos que Mosca, en su rol de frontman, mantiene y lo distingue de cualquier rockero de 5 décadas que sigue arriba del escenario poniéndole la cara a unas canciones que no tendrán fecha de vencimiento.

 

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