Cuentos Borgeanos en La Tangente: Menage a trois

No habrá vocabulario sexual en este recuento de hechos del sábado pasado. La Tangente, el recinto cada vez más buscado de Buenos Aires, recibió a unos chicos que al parecer están demostrando que las segundas partes no siempre son un fracaso, sino que al parecer se puede volver a divertirse en el escenario como en aquellos comienzos con “Fantasmas de lo nuevo” (2002).

Luego de años de redescubrimiento y girar con su etapa solista, Abril Sosa y compañía suben ante su público, el cual parece ser el mismo de siempre pero crecido, ya sin las modas que lo rodeaban, ya sin tanto pogo, pero con el mismo entusiasmo. Durante buena parte del concierto, Sosa habló de que este público fue el más difícil de su carrera, éste el mismo con el cual el frontman se bajó del escenario para cantar, despertarlos, moverlos y volver aunque sea un poco a esa etapa de la adolescencia donde la comunión con la banda era total.

Ahora el público crece, con ellos se transforma y empieza a crecer un poco en buscar algo más. Clásicos con un toque más explosivo, el redescubrimiento como un power trio de los Cuentos Borgeanos, que gana en ruido, rebeldía y unión. Ese amor que inculcan en sus canciones es el mismo que ven entre ellos. No obviemos que estaban movilizados, el día anterior había sido el cumpleaños de Gabriel Ruiz Díaz, bajista de Catupecu Machu. Por este motivo le dedicaron Té para tres de Soda Stereo.


Tal vez sea que se cantaron mucho las canciones, tal vez haya un tiempo de adaptación, pero sobre el final la gente acompañó a la banda y los Borgeanos lo sintieron: Fantasmas de lo nuevo – Si morir – Felicidades – Eternidad – una enorme Andorondack – Océano- Volar – ( y la pedida ) Frio.

Sin duda lo necesitaban todos ahí, tal vez en las fotos se vea, pero al final se sentía como que entraron en calor, como para volver a tocar todo el recital desde el principio o improvisar 2 horas mas de show. La vuelta Borgeana es muy en serio y viene prendida fuego.

Más artículos
Mono Moncho: «A veces esos cambios, esos malos momentos, traen cosas piolas»