Acá también está la misa

Massacre en La Trastienda Club

A que nos referimos con esto? No vamos a descubrir nada que no sepan, esta banda de culto casi de religión, que bajó de una nave espacial con un disco, llamado «Biblia Ovni» nominado a un Grammy Latino, tiene una identidad, y tiene a sus fieles dispuestos siempre a completar un show que es una misa, y por supuesto una fiesta.


Pasadas las 23.30, luego de un show de Harry Waters y Larry McNally, el cual el propio Walas confesó no haber podido creer, Massacre salió con un set de 17 temas, el cual viene al pelo para los que aborrecen de las bandas que repiten las listas una y otra vez, mientras están en gira. La banda nacida en los años ochenta no repite una sola lista, siempre incluye nuevos covers, esta vez de la mano de «She Sells Sanctuary», de The Cult, el cual fue recibido de la mejor manera por su público.

La gente es otra cosa, para destacar, es una familia, de esas en las que el pogo es una forma de expresión, de baile, de celebración, cuidado y donde prima el respeto. Ver el mosh, el slam, siempre presente, a la banda permitiendo la conexión fugaz en el escenario, a pesar de algún que otro desubicado.

Massacre fue, es y será una energía que va mutando, pero siempre de la mano de tener una identidad marcada y distintiva. Una vez más la sensación de satisfacción reina a la salida de un concierto de la banda fundadora del skate rock en nuestro país. Siempre es sabia la decisión de meter la mano en el bolsillo y pagar un ticket para verlos en un escenario así. Tienen algo nuevo siempre, y eso es una marca que nadie les va a poder sacar.

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