Todos somos Morbid

I am Morbid en Uniclub || 28.04.18

Noche lluviosa y húmeda en Buenos Aires, salimos del laburo a las 20:15 hs y tomamos un taxi para llegar lo más pronto posible a UNICLUB, había tráfico, nos bajamos del taxi y nos fuimos caminando, el lugar estaba solo a cuadras, necesitaba llegar rápido, este era mi primera cobertura para No Son Horas y hacía meses que esperaba ver a David Vincent, el cantante de una de mis bandas favoritas de la vida.

En la entrada me encontré con unos amigos y pasamos al recinto. Mientras te adentrabas al sitio se sentía una energía increíble, se sabía ya por el ambiente que estábamos por presenciar un show increíble. Había gente pero no estaba repleto, sé que hay muchos shows en esta época y cuesta pagarlos todos, sobre todo decidir a cuáles ir y a cuáles no.

En el escenario estaba el crew de la banda argentina MATAN S.A., poniendo su arsenal para darlo todo en lo que sería la previa al recital de “I am Morbid”. Esta banda nacional a la que nunca había escuchado, me sorprendió gratamente con su Death Metal hecho en Argentina. Tocaron varios temas y cerraron su show con el que para mí es el mejor tema de la banda: “A Decapitar”, que encendió los motores para lo que se avecinaba.

Se cierra el telón del escenario. Se preparaba por detrás lo que tanto esperábamos. Se podían escuchar los pasos: era la banda haciendo sus últimos ajustes y acomodando todo. Finalmente, todos los que asistieron se acercaron mucho más al escenario, podías sentir la tensión y la ansiedad, sabía que esperábamos lo mismo: ver un pedazo de Morbid Angel ahí, a solo metros de nuestro cuerpo, junto a nosotros. Se podían escuchar gritos por todo UNICLUB: “¡Vincent! ¡Vincent! ¡Hey Vincent!, ¡Dale Che!”. La adrenalina fluía a millón.

Se abre el telón y comienza el show con un clásico: “Inmortal Rites”. Al principio hubo un problema con el sonido, no se escuchaba la voz de David Vincent, acomodan todo y  comienza la magia. De fondo también se escuchaba el sonido hermoso del Blast Beat, que provenía del talentoso Tim Yeung. Continúan con “Fall from Grace”, “Visions Darkside”, finalmente tocan la oscura y hermosa “Blessed Are The Sick” y continúan con “Rapture”, con sus riffs pegajosos y difíciles de ejecutar, Bill Hudson e Ira Black, descargaron todo lo que podían. Siguieron con “Sworn to Black”, “Eyes to See” que fue coreada por todos, luego “I am Morbid” y Maze of Torment.

Se toman un descanso y en ese momento Tim Yeung hace un pequeño y brutal solo de batería, entra Bill y hace uno con su guitarra también, le sigue Ira Black que hace un solo con su sello muy personal y nos hizo muestra de su hermosa cabellera, digna de un comercial para champús.

El climax total llegó en la segunda parte, cuando Bill e Ira cambiaron sus guitarras de 6 cuerdas a 7 cuerdas, incluso hasta David cambió su bajo; y con esto se vino una descarga energética de otro nivel: Comienza a sonar “Dominate” y luego “Where the Slime Live” y enloquecimos todos. Se armó un pogo brutal y estruendoso, nos entregamos por completo a la oscuridad de la voz de David Vincent. Siguieron con “Dawn of the Angry” que es una de las canciones más pesadas y oscuras de Morbid Angel, entre mis preferidas de la banda, y posiblemente con uno de los mejores riffs en la historia del Death Metal, aún la puedo escuchar en mi cabeza. Bill hizo su mejor intento de hacer el solo pero no lo logró.

Ya nos acercábamos al final del show tocan “Blood on Hands” y una de mis canciones preferidas de la vida “God of Emptiness”, cerré los ojos, me dejé llevar, me concentré en guardar esto para siempre en mi memoria, como la primera vez que los vi en el 2008, en el Hellfest.  Decidieron cerrar el recital con “World of Shit” y aplaudimos hasta más no poder.

Salimos de Uniclub, nos reunimos todos afuera a comentar el recital, había un “Meet & Greet” luego del show, creo que ninguno de los que asistimos se movió del lugar, nos quedamos todos afuera esperando a conocer a la banda. De pronto, Salió David Vincent con una caja de pizza en la mano: “Hola chicos ¿Qué tal?, quiero comer y cambiarme, después de eso, me tomo fotos con todos y le firmo los autógrafos que quieran”, salió caminando al hotel que quedaba a la vuelta de UNICLUB con la caja de pizza. Y así lo hizo, así lo hicieron todos los de la banda.

A pesar de que el sonido no fue el mejor, la energía de la banda y el rememorar todos estos temas que tanto amamos, equilibró la cuestión. Había un ambiente de camaradería, de amigos, de pares, caras de satisfacción, caras de alegría, ambiente de fiesta. Acá nos olvidamos de la lluvia, de los problemas del mundo, del caos, de las preocupaciones cotidianas. Reunidos por la música que nos apasiona, que nos mueve, que nos llena, que por instantes nos hace iguales: a argentinos, norteamericanos, uruguayos, de Neuquén, de Maracaibo o de Paraguay. La noche en la que todos fuimos Morbid.

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