Rata Blanca en Luna Park: Tormenta épica en el Luna

Noche de sábado, altas temperaturas, y en el punto neurálgico del espectáculo en Buenos Aires, miles de personas de diversos looks, edades y remeras están sedientos, de una cerveza fresca de previa y por supuesto de rock and roll.

Rata es una banda con un estilo definido, que lleva 32 años de carrera, en la cual desde aquel primer disco, que contaba con Saúl Blanch en las voces, se fue ganando su lugar en la escena del hard rock y el metal, cuando todavía estaba prácticamente todo por hacer en ese terreno, y en la cual a partir de los discos subsiguientes extendieron esa conquista a lo largo de toda lLtinoamérica y el mundo.

A diferencia de otras bandas ligadas al metal, Rata es una banda inclusiva, que de alguna manera llega o llegó a la vida de mucha gente, a través de una canción o de un álbum determinado que lo marcó, y eso se ve muy claramente en el público, que es muy heterogéneo.

El comienzo se da pasadas las 21, en la enorme pantalla ubicada en el escenario con forma de semicírculo, se reproduce un video donde vemos el trayecto de un meteorito desde el espacio hasta que impacta en la tierra, inmediatamente sale la banda y arranca con «Los chicos quieren rock», la potencia de la banda y el volumen descomunal se hacen sentir desde el comienzo, a continuación, le sigue el primer hit de la banda, «Sólo para amarte», de aquel recordado álbum homónimo de 1988.

En la mencionada pantalla, según el tema hay visuales interesantes que aportan misticismo a las canciones, y en ocasiones sólo se ve gigante el logotipo de la banda en distintas variantes. La banda suena ajustadisima, es un número altamente profesional, con nivel internacional. Barilari, quien cumplió recientemente 60 años, mantiene una destreza vocal alucinante, sin dificultad alguna puede emular los agudos más estruendosos de temas que grabó hace ya casi 30 años, y se recorre todo el escenario en cada tema. Walter también se mantiene impecable, con su pelo largo, su Stratocaster estilo ‘70s en este caso roja, y una fila de Marshalls calientes detrás.

En los parches Fernando Scarcella derriba muros desde su batería con doble bombo, que aporta un gran poder; la base se completa con Pablo Motyczak en el bajo, quien ocupa el lugar del recordado Negro Sánchez, fallecido hace 2 años. La formación se completa con Danilo Moschen, quien actualmente es el encargado de las teclas en la banda.

La lista de temas es un una selección que abarca la mayoría de los álbumes de Rata Blanca, al menos aquellos que contaron con Barilari en la voz. La seguidilla casi no da respiro, a puro rock, con algunos clichés y arengas rockeras por parte de Adrián y Walter, que dicho sea de paso, no paraba de arrojar púas al público y hasta regaló una guitarra, que salió sorteada por el número de entrada.

La noche llega a un remanso, con guitarra acústica en mano y el agregado de un violín y un cello, interpretan la versión acústica de «Mujer Amante», que es cantada por Adrián junto a todo el estadio.

Todo vuelve a la normalidad rápidamente, y se viene una seguidilla que va incrementando la tensión rockera, suenan «Haz tu jugada», «Volviendo a casa», y llega «Guerrero del Arco Iris», sin dudas uno de los números más memorables y adrenalínicos de la noche ¿acaso el tema con mejor solo de guitarra de Rata? Un servidor cree humildemente que sí.

¿Y la orquesta?

Se oscurece todo nuevamente, y se escucha el relato apocalíptico que antecede a «La llave de la puerta secreta». De repente estalla la canción, y la imponente pantalla se divide horizontalmente y la parte superior asciende, dejando ver a una orquesta de más de 20 músicos con instrumentos de cuerda. volviendo todo aún más épico y escalofriante.

El barroquismo musical que siempre caracterizó a Giardino, y por ende a la banda, se lleva a su máxima expresión, aunque el sonido de la banda es tan poderoso que la orquesta por momentos no puede apreciarse con claridad.

Junto a la orquesta hacen unos 7 temas, dejando para el final aquellos que rajan la tierra, con un final increíble, que viene dado por la siguiente tríada: «El sueño de la gitana», la infaltable «Leyenda del hada y el mago» y «El último ataque».

Con una sensación de éxtasis, satisfacción y un tinnitus inevitable, abandono el mítico estadio, con la conclusión de que cualquier persona que guste de la música y del rock debería ver a Rata Blanca alguna vez en vivo. Una banda que desde el comienzo encontró una fórmula y un estilo, que es fiel a sí misma, y que posee la cualidad de ser inclusiva, y conmover a gente que puede tener gustos musicales muy diversos, pero esa universalidad es sin dudas la que los llevó a constituirse como uno de los números más legendarios del rock y el metal latinoamericano.

«Una banda que desde el comienzo encontró una fórmula y un estilo, que es fiel a sí misma, y que posee la cualidad de ser inclusiva, y conmover a gente que puede tener gustos musicales muy diversos«

Setlist completo:

Los chicos quieren rock
Sólo para amarte
El círculo de fuego
Bajo el poder del sol
Talismán
Rock and Roll Hotel
Mamma
Aún estás en mis sueños
El beso de la bruja
71-06 (Endorfina)
Mujer amante (versión acústica)
Haz tu jugada
Volviendo a casa
Guerrero del arco iris

Con orquesta:

La llave de la puerta secreta
El guardián de la luz
Noche sin sueños
Capricho árabe / Preludio obsesivo
Sinfonía fantástica
El sueño de la gitana
La leyenda del hada y el mago
El último ataque

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