«Que lindo estar de nuevo acá»

El Mató A Un Policía Motorizado en Niceto

La esquina de Palermo que más sabe de la combinación entre buena música, fiesta y arte, se va colmando de pibitos con camisas leñadoras, barbas tupidas y gorritas varias. Sobre sus cabezas, garúa bien finito. Habiendo tocado jueves y viernes de la semana anterior, estos platenses le rompen la cara a la rutina y agotan majestuosamente Niceto, un martes semi-lluvioso. Evidentemente son la promesa cumplida del indie criollo.

Adentro las pistas explotan de gente, es un recital de reencuentros. Amigos que se abrazan, esos con golpe seco en la espalda, la salida de la semana, la birra y Santiago Motorizado que aparece casi sin que nos demos cuenta, y nos inicia con “Madre”. “El Mató” se maneja así, sin decoraciones carismáticas, ni cordialidades caretas, pero invaden con un rock espacial que conquista completamente.

Le siguen “La cobra”, “Dos Galaxias” y la más reciente, “El Tesoro”, de los primeros asomos que nos regalaron antes de lanzar completo “La Síntesis O´Konor”, la semana pasada. Con “Postales negras” demuestran lo increíbles que son con los viajes instrumentales, condimentados con sonidos que van desde clásicas distorsiones hasta unas explosiones intergalácticas que nos hacen volar por toda la pista.

“Violencia” y “Mujeres bellas y fuertes” se cantan en todas las bocas que se ven reflejadas en los espejitos de las cabinas. Los grita hasta el último pibe que está apoyadito contra la puerta de emergencias. No entra ni un pogo en este Niceto eufórico, pero algunos rebeldes lo intentan de todas formas.

En el ambiente se esparce esa mixtura de letras del último disco. Se manifiestan melancólicamente acá, donde conviven amores y desamores, amigos de toda la vida, historias de no correspondidos que cobran vida. Los temas más que compuestos, están como diseñados para encastrar perfecto en el sistema de la banda. Su imagen, sus diseños y sus discos son detalladamente prolijos; esto desemboca en una combinación perfecta de todos los factores sensoriales.

Se dice que hay que guardar lo mejor para el final, y en este caso son los clásicos. ‘Navidad en los santos’, “Yoni B”, “Más o menos bien”, “Chica rutera” y “Amigo piedra”, están ternadas en el top five de sus himnos.
‘Mi próximo movimiento’ fue la pieza final donde el público entregó su último dejo de voz, para esta banda que es compañera, de esas que te bancan un lindo viaje en tren, en ruta o a pata, pero el vivo verdaderamente es el momento de gloria. Acá es donde se destacan.

Como dice ‘Tesoro’, “me gusta estar de nuevo acá”… y sí, a quién no le gusta volver a donde fue feliz.

Ojalá ellos vuelvan rápido.

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