Entender el fenómeno Fonsi no es fácil. O si. música pegadiza, letras románticas y un carisma admirable son la combinación perfecta para que el mítico Luna Park no deje de cantar sus temas durante 2 horas de show.
Luego de un largo viaje, llegamos hacia la Av. Madero en la cual los fanáticos aguardaban impacientemente el comienzo del show. Aproximadamente a las 21:15hs las luces se apagaron, y la euforia del público hacía que todas las tribunas no dejaran de temblar. Con ese clima abrumador comenzó la odisea de Luis Fonsi. Bien como define el diccionario, una odisea es un “viaje de larga duración, lleno de aventuras” y a eso nos adentramos desde que pisamos el primer escalón del estadio.
La noche comenzó con «Imposible», una de sus icónicas canciones la cual cuenta con la participación de su compatriota puertorriqueño Ozuna. Con una gran respuesta del público, todos los que estábamos ahí sabíamos que la noche iba a ser inolvidable.
Luego de esta canción, siguieron muchos de sus clásicos, los cuales casi todos conocemos por su masividad.«Quién te dijo eso?», «Llegaste tú», «Nada es para siempre» y «Corazón en la maleta», canciones que forjaron el legado que le dio al pop latino, el cual comenzó a combinar con distintos estilos como el reggaeton y la bachata que dieron como resultado canciones con récords de visitas y reproducciones que ningún otro artista tiene en el mundo.
Uno de los momentos más emocionantes del concierto fue la interpretación de «Le pido al cielo» donde Luis Fonsi habló directo al corazón de los presentes pidiendo que no se rindan, que sigan por sus sueños, que no olviden a la gente que ya no está y, sobretodo, que sean más fuertes que nunca. El público coreaba emocionado cada una de las estrofas de esta dulce canción, lo que le terminó de dar una emoción que se hizo eco en todo el estadio.
Toda la emoción que se vivió en esta canción desapareció cuando los primeros acordes de «Calypso» comenzaron a sonar y toda la gente se levantó de sus asientos para comenzar a bailar y ponerle sabor a la noche que recién arrancaba.
Llegando la mitad del show, Luis Fonsi se acerca a charlar con la gente. Cuenta que este es el primer show de la gira en Latinoamérica, lo cuanto que le gusta estar en nuestro país, lo que siente, le agradece a la gente por haber llenado la capacidad del estadio y empieza a cantar «Por una mujer» seguido de una interpretación de «Bohemian Rhapsody» de la banda Queen para dar paso al primer intervalo del show.
Luego de este, comienza un set acústico donde él junto a cuatro de sus músicos, todos con guitarra en mano, entonan pequeñas partes de clásicos de siempre los cuáles hace elegir a sus fanáticos en las gradas: «Quisiera poder olvidarme de ti», «Gritar» y «Respira», además de un cover de «Thinking out Loud» de Ed Sheeran fueron algunas de las canciones elegidas para este íntimo momento que estuvo plagado de risas, regalos del público para con el cantante puertorriqueño tan afamado y algunas lágrimas.
Ya llegando al final, llega el momento de los verdaderos hits, esos que se bailaron como nunca, esos que se disfrutaron como si el mundo se terminara luego del último acorde. «Échame la culpa» con la participación de Demi Lovato a través de las pantallas, «Yo no me doy por vencido» con una introducción de Fonsi hablando de que “Aunque las cosas sean difíciles, uno no tiene que darse por vencido y seguir luchando que las cosas buenas llegan”, «Date la vuelta» con Sebastián Yatra y Nicky Jam cantando también desde las pantallas, y el cierre con el ya icónico «Despacito», su canción más escuchada en plataformas digitales con más de 5.000 millones de visualizaciones en YouTube la cual dio el cierre a una noche memorable que no olvidará nadie que haya estado presente.
Fue una noche que demostró que el pop latino, el reggaeton, la bachata y todos los géneros musicales latinoamericanos, pueden y hacen historia cada vez más.
