Limp Bizkit Parque Sarmiento 2025 Ph. Simon Canedo

Limp Bizkit sacudió Parque Sarmiento y coronó el festival Loserville con una noche de pura euforia

Limp Bizkit fue el gran protagonista del cierre del festival Loserville en Parque Sarmiento y respondió con un show demoledor que convirtió la jornada en una verdadera fiesta metalera. Con clima ideal y una convocatoria que se sostuvo desde temprano, el grupo estadounidense confirmó por qué sigue siendo una referencia indiscutida del nu metal, incluso en un contexto de sobreoferta de recitales internacionales.

La actividad comenzó a las 17 con Slay Squad, que abrió la jornada con un set ruidoso y frontal, mientras el público se acomodaba entre remeras y tatuajes que evocaban la era dorada del género. Más tarde llegaron los momentos más sólidos de la grilla previa, con una destacada actuación de Ecca Vandal, cuya propuesta ecléctica y potente funcionó como una grata sorpresa, y el debut local de 311, celebrado por sus seguidores a pesar de un show breve que dejó gusto a poco.

Bullet for My Valentine tomó la posta en el tramo final y cumplió con creces al combinar precisión, potencia y estribillos efectivos, preparando el terreno para el plato fuerte de la noche. Cuando finalmente Limp Bizkit pisó el escenario, el clima se transformó de inmediato. Fred Durst mostró una versión más consciente y cercana, muy lejos del agitador caótico de los noventa, incluso pidiendo atención y cuidado por el público desde el comienzo.

Bullet for my Valentine Parque Sarmiento 2025

Tras un emotivo homenaje al bajista Sam Rivers, fallecido recientemente, la banda desplegó una seguidilla imparable de clásicos. El show avanzó como un carnaval de rap metal, con hits uno detrás de otro y un público entregado desde el primer acorde. Hubo momentos altos como la versión de Sabotage de Beastie Boys junto a Ecca Vandal y la aparición de un fan que compartió micrófono con Durst en Full Nelson, en una escena tan espontánea como celebrada.

Aunque el impacto emocional por la ausencia de Rivers se hizo sentir, el profesionalismo del grupo sostuvo un cierre sólido y efectivo, con Wes Borland y DJ Lethal como piezas clave del engranaje sonoro. Así, Limp Bizkit puso el broche de oro a un festival que combinó nostalgia, potencia y fiesta, dejando a miles de personas con la sensación de haber sido parte de una noche intensa y liberadora en el corazón del Parque Sarmiento.

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