La recesión y las oportunidades

Una economía que arroja números preocupantes para todos los sectores de la sociedad, excepto para unos pocos, reconfigura el mapa musical y cambia muchísimo las reglas de juego para todos los actores de una escena que debe tener siempre la creatividad a mano, tanto en lo que tiene que ver con el arte como con la producción del espectáculo.

Buenos Aires presenta muchos lugares actualmente para que las bandas toquen y se muestren, es común a medida que se acerca el final de año y el calor tener conciertos para ver de lunes a lunes en todos los puntos de la ciudad. Sin embargo, las elecciones se acotan a partir del bolsillo de un público que cada vez está más selectivo en el ticket que paga.

Semanas antes charlando con gente de distintas productoras nos contaban que este contexto va a acotar la oferta internacional que teníamos actualmente, dado que los contratos que no se habían cerrado estaban proyectados a un dólar de $30, como máximo. “No podemos cobrar un ticket de $3000 en un reducto de 1500 personas. Tendremos que ser creativos y empezar a proyectar a los artistas locales que estaban un poco más tapados”, era una de las frases que rezaban en esas charlas.

Otro problema más grave son los conciertos internacionales ya contratados y firmados sin posibilidad de renegociación, el valor del ticket no alcanza para pagar el cachet de la banda en dólares, lo que hace que se termine teniendo un negocio inviable para la parte que toma más riesgos.

Para las bandas locales, la vara subirá debido a que deben seducir mucho más a un público con poco dinero en bolsillo. El ticket promedio de una banda con buena convocatoria no baja de los $ 400, y eso significa que el que paga exija algo distinto, y no un show similar al que vio hace 4 meses en el mismo lugar. Todo esto también se da en un momento en que géneros como el trap y el pop reconvertido ganan espacios y streaming, lo que genera que el rock la corra de atrás en todos los aspectos.

Hace unos días, Dárgelos, líder de Babasónicos, habló de que nuestro rock hoy está en déficit comercial dado que es un producto que no se exporta. “Perdimos presencia en festivales internacionales”, repetía durante las notas de presentación de “Discutible”. Si uno repasa las bandas o artistas que están trabajando en Europa y América son pocos, hasta México se convirtió en una plaza difícil para nuestro rock.

El streaming acortó ganancias para los artistas, tanto por la baja en la venta de discos y por lo que se paga por escucha, la contratación de shows era una salida ventajosa y que daba aire a la industria. La crisis económica pone otro palo en la rueda y el trabajo y el esfuerzo se van a tener que redoblar, nosotros como público saldremos favorecidos y eso también es una gran oportunidad de conocer cosas nuevas dignas de escucha.

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