Elefante Guerrero Psíquico Ancestral en Niceto Club
De la vasta cantidad de bandas que componen el underground porteño y que optan por emitir su mensaje estético a través de la combinación de rock riffero-stoner-psicodélico e instrumental, entremezclado con visuales en vídeo, iluminarias y posters afines, los chicos de Elefante Guerrero Psíquico Ancestral son definitivamente, el grupo que más seguidores sumó a la propuesta en estos últimos años. Así quedó demostrado el sábado pasado, cuando autogestionaron su primer Niceto a sala llena.
Además de los tres músicos que hacen de soporte sonoro espiritual (Eduardo Torales en guitarra, Mauro Albornoz en batería y Juan Ricossa en bajo), los encargados de hacer que funcione la maquinaria artística visual son tenidos en cuenta como una parte más dentro del todo que es Elefante…, una especie de cofradía que todo empuja. Un ejemplo de esto es que el escenario estuvo adornado con distintos diseños alusivos a la fecha, y al arte que habitualmente los acompaña.
Luego de que los grupos Rey Onírico y los cordobeses Hijo de la Tormenta hicieran de acto soporte, cerca de las 22.30 la guitarra furiosa de Torales empezó a tronar antes que se abra el telón. El concierto consistió básicamente en un repaso por sus dos discos, con segmentos de especial celebración por parte del público, como por ejemplo en “Emperador Elefante”, “Entre dos Mundos”, “La Venganza de los Zombies II” y “Heisenberg”, donde el público corea las partes de guitarra efusivamente. Los tres músicos son un triángulo inquieto en escena, de a ratos ponen el cuerpo a saltar mientras acompañan su mantra musical. La atmósfera cambia con “Crisálida”, un tramo de introspección y vuelo espacial, con todo el grupo sentado, relajado, invitando al viaje.
Antes de un breve receso para el tramo final del show, hubo tiempo para canciones con voz, de la mano de Pau Schneider, y toda su fuerza para dos versiones incendiarias de “Since I´ve Been Loving You” de Led Zeppelin, y “Algo Flota en la Laguna”, de Pescado Rabioso. Homenajes a los cimientos del rock más visceral, ese rock que Elefante Guerrero Psíquico Ancestral lleva hoy adelante como estandarte a pasos agigantados y fuertes, como un elefante.
