Jaime Sin Tierra en Teatro Vorterix: Con el tiempo de su lado

El grupo formado en 1996 y disuelto en 2005 se reencontró en Vorterix el miércoles 12 de Diciembre. Fue la primera vez del año que Jaime Sin Tierra desplegó su rock alternativo de guitarras al frente en Buenos Aires.

Jaime Sin Tierra, el cuarteto conformado por Nicolás Kramer (Guitarra y voz), Juan Stewart (bajo y teclados), Sebastián Kramer (Guitarra) y Javier Diz (Batería) se volvió a reunir medio de casualidad para re-interpretar sus temas del pasado. Hicieron hincapié en sus álbumes Autochocador (2000) y Lo Que Va a Encandilar es el Día (2002) acompañados por el público que lo vio crecer y los nuevos que llegaron por la explosión de su música en internet.

El despegue fue paulatino, el instrumental del principio de “Azafata” se prolongó hasta el aviso “ajústense pronto los cinturones, nos vamos a estrellar”. “Torta” y “Kili” fueron tres de las cuatro primeras canciones del repertorio, las mismas que comienzan el álbum “Autochocador”. Está primera parte que siguió con “Capsula” demostró la progresión de sus canciones. El aumento gradual de sus vibraciones que desembocaban tanto en un desarrollo instrumental o en la evolución de la voz de Nicolás, que reposo en tonos más agudos.  

Alguien que llevo dentro me está pidiendo que no me quede quieto mientras crezco” iluminaba Jaime Sin Tierra con la letra de “Inquieto”. Nicolás se hunde en su interior preguntándose quien es. Esta canción que crea en su post-adolescencia debe recordarle las vivencias de ese entonces y dejarle ver desde el presente su crecimiento. Su voz triste contrastó con las motivadoras palabras que acariciaron a la gente. El fuerte aplauso al final de la canción expresó la relevancia de ella en las vidas de los asistentes.

“Ciempiés” dejo entrever las influencias de SonicYouth en los mares de guitarras extensos donde la distorsión de Sebastián jugó con los punteos de Nico. La intensidad vibratoria de sutiles sonidos electrónicos hizo recordar a “Let Down” de Radiohead. El final fue fantasmagórico, un espacio de oscuridad relajante después del momento post-rock. “Camión”  continuó con esta fusión de guitarras,dándole todavía más saturación, lo que hizo el sonido áspero y agresivo.

“Ruta a 80” porque “durante los viajes late más fuerte el corazón”. La voz de Nico volvió a tomar protagonismo como en “Citrus” y “Auto chocador”. El desamor se hizo carne es estas últimas canciones blandas y pesarosas. Luego la violencia del “Tifón” nos sacudió por completo.Este noise rock del final hizo trepidar al Vorterix. Nuevamente el público se rindió a los músicos con aplausos y gritos de aliento.

Antes de entrar al breve encoré “Sin Tierra” como súplica para volver a estar con un amor y “No Te Desanimes” de consuelo ante esa pena que se sintió inagotable en sus melodías. La última parte la abrió “Es Nuestro”, otra de las hermosas canciones en donde agudiza la voz transformándola en una especie de aguja que penetra las pieles. “Cero de Amor” y “El Techo de mi Cuarto” fueron una de las pocas que sonaron de su primer disco El Avión ya se Estrelló y yo sigo Volando (1997). La gente pidió por “Sangre” pero no se les dio el gusto, seguramente lo tendrán en cuenta para el próximo.

Los cuatro amigos hicieron la reunión memorable, se los notó contentos de estar de vuelta e interpretando sus canciones. No se sabe aún si va a haber algún concierto más de la banda. Lo que sí es un hecho es que su público se ha agrandado y le encantaría que haya más presentaciones.

Más artículos
Dimmu Borgir en Teatro Flores: Reencuentro