“El Otro Camino”

“Cruzaremos el otro camino… lejos de tus ojos”.

“Cráneos”, del disco “El Manto Eléctrico”. Pez.

Festipez en Ciudad Cultural Konex

El retorno del Festipez desembarcó el sábado pasado en el Konex. El festival auto gestionado por Pez, banda mítica del rock porteño, volvió luego de un breve hiato para reunir a bandas distintas entre sí, pero similares desde la forma de encarar el camino musical, por fuera de las grandes discográficas y los medios masivos de comunicación.

Es febrero y se derrite Buenos Aires, el cemento casi no deja respirar. Alertas amarillas y rojas disparadas por meteorólogos no impidieron que cientos de espectadores se arrimaran al lugar desde bien temprano, y se ubicaran por pulsión de vida a la sombra que dibuja la silueta del Konex en su espacio a cielo abierto. El acto de apertura estuvo a cargo de un trío inclasificable: Fútbol, quienes presentaron su reciente trabajo llamado “Favio” casi en su totalidad, y otras canciones como “Barquillero”, “Golondrinas” y “Ceferino”. Tocaron casi sin pausa, un poco en consonancia con la propuesta singular del grupo, no sólo por su formación atípica (Juan Pablo Gambarini en guitarra, Federico Terranova en violín y Santiago Douton en batería y voz), sino también por el ritmo predominantemente frenético de sus composiciones.

Otro conjunto difícil de encasillar es Sur Oculto, que con su fusión de jazz, hardcore y funk en base a una esencia densa metálica, subieron a escena apenas pasadas las seis de la tarde. Los oriundos de Córdoba han sido partícipes en varias ocasiones del Festipez, y hasta han editado discos bajo el sello independiente de los organizadores, Azione Artigianale.  Otro trío con formación atípica para lo que son los estándares del rock (si es que todavía existen), con Sebastián Teves en bajo de seis cuerdas, Andrés Arias en teclados y Ema Borgna en la batería. Ellos generan una tensión de acordes que se explayan en piezas extensas, de cortes abruptos y ritmos cambiantes. Algunos ejemplos que se pudieron escuchar: “La llave Thompson”, “El áspero” y “Del Viento”.

El tercer turno fue para Poseidótica, con su propuesta de vuelo sideral instrumental de riffs furibundos, intercalados con territorios irregulares e introspectivos. En esta oportunidad, se destacaron por sobremanera las secuencias visuales de colores vívidos y psicodelia en constante movimiento que acompañaron la performance del grupo y la noche que comenzaba a caer. El set recorrió toda la discografía de la banda, especialmente su última placa “El Dilema del Origen”.

El cierre estuvo a cargo de Pez. La banda liderada por Ariel Sanzo, principal compositor y único integrante estable desde su fundación en diciembre de 1993, comenzó su show con una introducción que desembocaría en “Fuerza”, canción omnipresente en cada concierto. Toda una declaración de principios para encarar la vida cada mañana. Siguieron “Roma”, “¡Vamos!” y “Ahogarme”, todas clásicos del repertorio en directo y con cierta similitud en clave pop-punk rellenas de adrenalina, empuje y letras salvadoras. Grata sorpresa fue escuchar a continuación “Creo que amamos el Dolor y “La Gota” pegadas, tal como sucede en el disco Fragilinvencible, de 2000. También hubo oportunidad para dedicar con “el mayor de los desprecios (Sanzo dixit)” la canción “Os Garcas” a quienes usted ya debería conocer si se detuvo a leer estas palabras.

La primera pausa vino con un doblete de “El Manto Eléctrico”, de 2014: “Todo Lo Que Ya Fue” y “No te escucho Bien”, está última con arreglos corales de esos que ponen la piel de pollo… “No es la razón ni el corazón… es todo eso y mucho más”. Son en estos temas donde el cuarteto juega con otras paletas de sonoridades, por ejemplo el dub, delays y la improvisación. Es notable como la incorporación estable de Juan Ravioli al trío histórico (Franco Salvador en batería, Fósforo García en bajo y Ariel Sanzo en guitarra) ha permitido que Pez pueda mutar tanto en sus discos como en sus presentaciones, y recorrer en vivo parte de su discografía que había quedado algo relegada durante la faceta con tres integrantes, ya que Juan es multi instrumentista y agrega coros, detalles y sutilezas que encajan a la perfección.  El Festipez también fue la oportunidad para mostrar algunas canciones nuevas: “La Voluntad”, “Pelea al  Horror” y “1986”.

El tramo final del concierto estuvo conformado por muchas de las obras que enardecen a tope a la gran masa heterogénea de público que acompaña a la banda. “Haciendo Real El Sueño Imposible”, la versión punk de “Gala” tocada dos veces al hilo, “Lo Que Se Ve No Es Lo Real” e “Introducción Declaración Adivinanza”. Son muchos los adolescentes asistentes que propagan su entusiasmo y, al mismo tiempo, la idea en uno de que el rock como música y movimiento cultural sigue conmoviendo al público que le dio su identidad primaria, hace más de 50 años. Hubo pogo, mosh y hasta un joven que al parecer golpeó fuerte el piso.

La última gran sorpresa de la noche fue asistir a un bis de Pez, que no suele irse del escenario y regresar para tocar más canciones. Las dos fuera de lista que salieron al ruedo fueron “El desengaño” y “Desde El Viento En La Montaña Hasta La Espuma Del Mar” (o “Barro”, como se la apoda en la esfera íntima del grupo).

Pez en vivo fue una muestra concluyente de que, a pesar de que se nutran de los más diversos artistas y géneros musicales, se puede abordar una estética única y atractiva desde la diversidad del enfoque musical. También es cierto que hubo algunos desperfectos técnicos en cuanto al volumen durante el show, que osciló con bajadas repentinas en varios momentos. De todas formas, nada pudo opacar una jornada de fraternidad y celebración del arte no solo abajo del escenario, también arriba. Besos, abrazos, convidada de cerveza y cigarro por doquier.  Ariel anunció que están por sacar un disco junto a Litto Nebbia y otro disco de estudio junto a su proyecto. Así, el futuro sigue con el espíritu inquieto y la energía vital intacta para Pez. Porque, después de todo, existe otro camino posible. El Festipez es la evidencia.

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