Recorridos distintos, estilos opuestos, pero un éxito que los conecta. Así podría resumirse el presente de dos bandas que, aunque vayan por caminos diferentes, logran convocar multitudes y emocionar al público. Hablamos de El Mató a un Policía Motorizado y Airbag, dos nombres que dejaron su huella en el Cosquín Rock 2025, compartiendo escenario durante la primera jornada del festival.
La tarde comenzó con los platenses de El Mató a un Policía Motorizado, quienes bajo el intenso sol salieron a escena para celebrar los 20 años de su primer disco. Esta gira especial, que ya había tenido escalas destacadas en el Complejo C Art Media y el Estadio Atenas, continuó en el Aeródromo de Santa María de Punilla con un show emotivo y sólido.
La apertura fue con «Sábado», una elección perfecta para encender motores y preparar el terreno para un repaso de su trayectoria. No faltaron composiciones de «La Síntesis O’Konor», su obra más reconocida y querida por el público. Fieles a su estilo introspectivo y minimalista, El Mató rara vez invita a otros músicos a sus conciertos, pero esta vez hubo una excepción: en «Terrorismo en la copa del mundo», una joya de su disco debut, se sumó Javiera Mena, quien aportó una dosis extra de emoción que fue muy celebrada por sus seguidores más antiguos.
El cierre fue arrollador, con artillería pesada para levantar tierra con el pogo y reafirmar la solidez que distingue a la banda. Un final perfecto para una de las agrupaciones más activas y constantes del circuito independiente argentino.
Cuando cayó el sol, llegó el turno de Airbag, quienes salieron en horario central para demostrar por qué están viviendo un presente tan poderoso. Luego de haber llenado cuatro Estadios Vélez y conquistar nuevos públicos, los hermanos Sardelli llegaron a Cosquín Rock con la confianza y la energía que los caracteriza.
El crecimiento de Airbag es innegable. Su público es cada vez más diverso y su propuesta artística más amplia. En el centro de esta evolución está Pato Sardelli, quien se consolida como un frontman magnético, capaz de manejar la intensidad del show con gran destreza.
La banda desplegó un setlist de 16 canciones, con momentos instrumentales que rozaron la excelencia técnica. Como ya es tradición, el cierre con el Himno Nacional Argentino fue una explosión de emociones, en un gesto que se ha convertido en marca registrada de sus conciertos.
Dos estilos distintos, dos formas de vivir el rock, pero una misma pasión que se tradujo en ovaciones y festejos entre el público que colmó el Aeródromo de Santa María de Punilla en esta 25ª edición del Cosquín Rock. Las imágenes pertenecen a Leandro Olivo.
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