Cumbia sí, trabajo no!

El Kuelgue | Ciudad Cultural Konex | Ph. Magalí Marín | 10.03.18

El verano en Buenos Aires siempre tiene un olor muy particular. Mezcla de protector solar con cerveza, y un dejo de humedad. Cuando el asfalto se vuelve una masa espesa de alquitrán, nos nace desde lo más profundo la necesidad infrenable de tomar una birra bien fría, escuchando una buena banda al aire libre. El Konex entiende a la perfección el concepto de verano en la ciudad, y abre las puertas de su parador para aliviar nuestros antojos veraniegos. Esta noche, una vez más, son los muchachos de El Kuelgue.

Luego de agotar el galpón XXL, ubicado en el barrio del Abasto, comienza la última presentación de su Balneario CacharritoLos integrantes de la banda suben al escenario, invadido de palmeras de papel, y se acomodan muy casualmente en sus puestos. La ovación del público es muy bien recibida por los músicos, que a los minutos responden con “Circunvalación”, uno de sus clásicos, para iniciar la fiesta. Le sigue “La Fama” y “Sabías que hoy”, ambas de su disco Cariño Reptil.

El ritmo de bossa está instalado en el predio y ya no hay vuelta atrás. Nuestros cuerpos están bailando. Julian Kartún, tiene una voz inconfundible y destacable en todas su canciones. Su carisma y diversión son parte del ingrediente fundamental para esta banda ecléctica, que cuenta con múltiples estilos.

“En avenidas”, tema que inicia su álbum Ruli, comienza a sonar y el Konex se transforma en un estadio. La gente salta, corea la introducción del saxo y sus voces se funden con la fiesta del escenario. Es una banda que aplica altas dosis de buen humor a cualquiera que esté frente a ellos. “Ayer real” llega casi como una balada, para cantar mirando el cielo, que comienza a nublarse y a regalarnos un vientito refrescante.

El conteo de integrantes marca nueve hombres y tan sólo una mujer sobre el escenario. Motivo que abre la puerta para que mencionen su afinidad con el proceso de deconstrucción de nuestra sociedad, apoyando desde el escenario la lucha y los cánticos que se propagaron en un santiamén por todo el lugar. “El pueblo está hablando”, comentó Santiago Martinez.

Pero como son una banda que sabe con ciencia estoica como divertirse, a la brevedad arrancan con “Lucho gorrión”, siguiendo con “Si no te vas”. Para esta última, Pablo Vidal, quien domina el incandescente saxofón, camina hasta el final de la pasarela y nos deshace con un solo majestuoso. “Milanesa” comienza con Kartún en su reposera, con un sombrero de paja y lentes de sol, entregando la canción al público para ser cantada a la par, y balbuceando una conversación con su tan querida Caro Pardiaco. Es más fuerte que él, le corre por la sangre el carisma juguetón del actor, y su figura lo ilustra perfectamente.

Los escalones de la conocida escalera roja reciben a Santiago y a Julián. El público se gira para escuchar “Wonderboy”, que suena desde el décimo peldaño, y nos confirma la naturaleza que tienen estos muchachos para entretener. Se suma Juan Martín Mojoli con el bajo, y juntos ponen a sonar “Salidera”, que esparce palmas de chacarera por todo el centro cultural. Finalizaron la mini tertulia con “El paraíso de los perros”, que es de los clásicos más coreados.

La noche parece no tener fin cuando los músicos protagonizan un entretenido sketch parodiando los premios Martín Fierro, que finaliza con cuatro bailarines que se suman al histrionismo de la banda para cantar “Góndola”. Como era de esperar, no faltaron canciones como “Por ahora”,“Bossa & People” y “Verano Testo”, donde comenzaron a aparecer los inflables que luego flotarían sobre el mar de gente presente, con “Dele tiempo” y “Desde que te vi”.

Llegando al pico máximo, Kartún se zambulle  sobre el público cantando “Cariño Reptileano” y volviendo al escenario para “Cartonero de tu corazón”, que provoca un trencito bailantero entre la audiencia, rodeado de baile desenfrenado. 

Para ir cerrando, las notas de “Fanky” de Charly, empiezan a escucharse y la banda reza “Cristo es Marquitos Di Palma”. Manteniendo la locura del público hasta el final, casi 2 horas después del comienzo, se aprieta en la pasarela toda la banda para saludar al ritmo de “Tema del verano”.

El Kuelgue es una banda que crece a pasos agigantados y por fortuna, al menos hasta el momento, no pierde su impronta de diversión absurda y sonido multifacético, que tanto los caracteriza.

 

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