Reinventarse, cambiar de piel, volver a nacer. Así podría resumirse el momento que atraviesa Ale Kurz tras más de 25 años al frente de El Bordo. Su debut oficial como solista en el Cosquín Rock marcó el inicio de una nueva etapa, con una respuesta más que positiva: el público más fiel pagó su entrada, lo acompañó y confirmó que las canciones siguen tan vivas como siempre.
El setlist fue un viaje por su historia: temas de El Bordo, versiones, composiciones nuevas y otras joyas que tejieron un relato íntimo y poderoso. Rodeado de músicos de primer nivel, Kurz encaró este show como la antesala de lo que será su segundo disco solista, el primero tras el final de la banda que lo puso en el mapa del rock argentino.
Se lo vio entusiasmado, agradecido, vibrando en sintonía con sus compañeros de banda. El sonido fue sólido y la química sobre el escenario, evidente. No es menor: tocar en Cosquín Rock garantiza una visibilidad a nivel nacional que pocos espacios pueden ofrecer. Y su carta de presentación no pudo ser mejor.
Por ahora, su ruta pasa por festivales. En la segunda mitad del año, probablemente lo veamos en algún reducto porteño, afinando esta nueva piel que, lejos de pesarle, parece sentarle justo.
Las capturas son de Leandro Olivo, quien fue el cronista de No Son Horas en la edición número 25 del Cosquín Rock.
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