Red Hot Chili Peppers

Red Hot Chili Peppers: They are Back

Para empezar es necesario poner contexto: Red Hot Chili Peppers es mi banda favorita y a su guitarrista le tengo devoción extrema. Dicho esto, empecemos desde el inicio.

La banda liderada por Anthony Kiedis pasó por miles de momentos. Problemas con las drogas, separaciones, idas y vueltas, algún que otro escándalo y dolores difíciles de afrontar. Desde aquel acercamiento entre Anthony y Michael Balzary (Flea, para los amigos) en la Fairfax High School en el año 1983 hasta la salida de Unlimited Love, su nueva placa discográfica, corrió mucha agua por debajo del puente.

El fenómeno se empezó a gestar en la soleada ciudad de Los Angeles y para el año 1984 ya estaba circulando por las calles su primer disco, titulado igual que la banda, «The Red Hot Chili Peppers». Los años fueron pasando y la banda empezó a escalar masividades que ni ellos esperaban.

Para el año 1988 su guitarrista principal, Hillel Slovak, ya no pertenecía a este plano. Había fallecido a causa de las drogas. El futuro era incierto, y hasta pensaron en abandonar pero la colina seguía y seguía subiendo. Y ahí se cruzaron con quien sería quien heredara la magia y la belleza musical de Hillel: John Frusciante. Luego de ese suceso, la banda se terminó de conformar con la formación que todos conocemos: Anthony Kiedis en voces, «Flea» Balzary en bajo, John Frusciante en guitarras y Chad Smith en baterías para dar paso al cuarteto funk de, por lo menos, mi vida.

Conforme fueron pasando los años, la banda en su formato más conocido publicó discos como «Mother’s Milk» y el famosísimo «Blood Sugar Sex Magik», su disco más popular. Para el año 1993, su guitarrista principal, quien experimentó problemas con las drogas, abandonó la banda y en su lugar ingreso Dave Navarro para grabar «One Hot Minute», uno de sus discos más ambiciosos por la variedad de géneros que este encerraba. Luego de una gran recuperación, John Frusciante volvió a la banda en 1998 para darle paso a «Californication», uno de los discos más populares después del conocido Blood Sugar.

 Hasta el año 2006, la nueva trilogía con Fru a la cabeza se completo con «By the Way» (2002) y «Stadium Arcadium» (2006) hasta que en 2008, John, agobiado por la gira y con intenciones de encausar su carrera solista, volvió a dejar la banda. En su reemplazo, Josh Klinghoffer llegó a la guitarra para darnos dos discos más, «I’m With You» (2011) y «The Getaway» (2017).  ¿Y como llegamos al lanzamiento de Unlimited Love, el nuevo álbum de la banda?

Después de un exitoso The Getaway World Tour, los Peppers entraron al estudio para cranear lo que sería la tercera parte de Josh, pero un bendito 15 de Diciembre del 2019 sucedió un hecho que todos los fanáticos y los no fanáticos recordamos. Puedo explicar con lujo de detalles ese día. A través del Instagram de la banda se reveló la salida del guitarrista Josh Klinghoffer, y el inesperado regreso de John Frusciante para volver a conformar su formación más conocida.

Debido a la pandemia de COVID-19, hasta ahora no hubo un regreso oficial a los escenarios. Pero si un material nuevo, titulado «Unlimited Love», que viene preparado para llenar de amor nuestros corazones y nuestras almas.

El disco comienza con Black Summer, que además fue el primer adelanto. Una guitarra de John marcando el inicio y un Anthony que se va soltando de a poco en la voz. Un bajo potente y la batería marcando el ritmo pero sin despeinarse. Una especie de balada muy personal acompañada de un nuevo video donde vemos a los integrantes interactuando entre ellos como no se veía desde hace 14 años.

El segundo tema, Here Ever After, empieza a marcar para lo que vinimos a visitar este disco. Las mejores líneas de bajo están en una canción que tiene pinta de convertirse en clásico. Un Anthony rapeando bien old school, una guitarra sobria pero potente de Frusciante y Chad acompañando. De los temas que más nos recuerdan a los clásicos.

El tercer tema, quizá uno de los top 3 al menos para mí, Aquatic Mouth Dance. El tema comienza con un bajo cascado, bien funk, bien Flea. Unas «guitarritas» suaves y un conjunto de vientos que le dan al tema una linda variedad. En especial, las trompetas le otorgan un colorido distinto para empezar a trazar el ambiente del disco. Mucha inspiración del jazz, de la música de los 70. El disco se va convirtiendo en una amalgama de géneros que nos llevan a un viaje por toda la historia de la música.

El cuarto tema es el momento tranquilo del disco. Not the One, que fue adelanto del disco, nos trae una balada sensual, con una guitarra que se luce sin mostrar mucha fuerza pero que acompaña perfecto para una canción que ayuda a que el disco baje después de tres temas muy prendidos. Muy bien logrado.

En esta parte el disco toma un pequeño descanso para subir en The Great Apes, teniendo antes Poster Child, una oda al funk. En la ya sexta canción del disco se empiezan a escuchar los primeros grandes solos de John. Quizá el de Great Apes sea el más sensible, ese que te hace emocionar. Una joya.

Its Only Natural y She’s a Lover son el preludio para lo que viene, quizá la parte más fuerte del disco. Canciones tranquilas, con melodías discretas, voces dulces y el antesala de un comienzo demoledor llegando al próximo tema, These are the Ways.

En la ya sexta canción del disco se empiezan a escuchar los primeros grandes solos de John. Quizá el de Great Apes sea el más sensible, ese que te hace emocionar. Una joya

El tema arranca despacio para ir creciendo a medida que pasan los 3:56 que dura (debe ser de los temas más cortos, son 17 canciones que duran un total de una hora y quince minutos), pero que no se siente corto. Un in crescendo que desencadena en la guitarra furiosa dando paso al mejor momento de toda la obra.

Whatchu’ Thinkin se posiciona como una de las canciones de la fanaticada. Un tema que nos recuerda a los bellos momentos de Blood Sugar Sex Magik o hasta incluso One Hot Minute. Suena fresca, pero al mismo tiempo clásica. Un acierto este tema en casi la mitad del disco.

Bastards of Light es la canción más extraña del disco. Arranca con unos sintetizadores, herencia de la etapa más electrónica de Frusciante, y se termina posicionando como una canción tranquila que estalla en el final, para dejarle el espacio a White Braids & Pillow Chair, quizá la canción más bella en cuanto a melodía. A esta altura del disco ya empieza a despedirse la banda, pero sin antes dejarnos con una buena dosis de rock puro y quizá las mejores canciones de todo el álbum.

One Way Traffic y un punk-rock a la vieja usanza con un coro que promete ser cantado por todo el estadio. Un «Hey oh, hey oh» que va a resonar cada vez que se escuche en vivo. De los temas más importantes del disco de acá a la posteridad.

Verónica, una de las letras más personales de Anthony contando un poco sus experiencias amorosas fallidas, y luego Let Em Cry, una balada potente pero eficiente son las canciones que abren paso a la que es para mi la mejor del disco y de las mejores de la historia de la banda, The Heavy Wing.

El track número 16 del disco, el anteúltimo, es, quizá, por el que esperábamos todos los fanáticos devotos de John Frusciante. Comienza con una guitarra suave y la batería acompañando los pulsos para derivar en la locura máxima. A partir del minuto y medio explota todo. La guitarra de Frusciante se potencia, y sus coros acompañan la experiencia. Suena como si, salvando las distancias, Jimi Hendrix reencarnara en la guitarra de John.

En el medio de la canción, unos pequeños sintetizadores dan paso al momento de epicidad máximo. Todo queda en silencio y el sueño de los que esperamos casi 15 años para volver a sentir ese clamor, que solo habita en la guitarra de John, se hacia presente. Un éxodo a la locura. El prolífico guitarrista de los Peppers lo volvió a hacer. Mi canción favorita del disco y la que recomiendo a todo aquel que extrañó a este monstruo.

Para cerrar el disco llega Tangelo, una canción muy «Beatles» que refuerza la teoría de lo importante que fueron los 4 reyes de Liverpool para la base fundacional de la música. Un hermoso cierre para un disco para guardar en el «pendrive de oro» de la última década. Sin dudas, el mejor regreso para la banda que nos acompañó tantos años.

Si escuchaste los adelantos y no te convencieron, que es un poco la opinión general, luego de leer esta revisión del disco, escuchalo completo y en orden. La cohesión entre los temas tiene muchísimo sentido.

Si, señor. Los Red Hot Chili Peppers lo volvieron a hacer. Sean ustedes bienvenidos a esta nueva etapa, y sean bienvenidos a quienes no la conocen, a la eternidad de John Anthony Frusciante.

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