Un repaso completo por su historia: disco completo, sus primeras canciones, éxitos de la mano de la banda amiga Banzai, colegas en el escenario y espacio compartido con su papa, Alejandro Oliva.
No caben dudas de que Wos es uno de los artistas del año, su nombre resonó en escenarios múltiples. La persona de la que todos quieren una entrevista o un feat. Razón por la que lo tuvimos bien presente a largo del 2019, a pesar de haber tenido solo dos shows en Groove en el mes de octubre. Lo vimos cantando en escenarios con reconocidos artistas como Ciro en el Festival Mastai, con Teresa Parodi, Victor Heredia y Luciana Jury en los Premios Gardel, con El Kuelgue y muchos más de la amplia escena musical argentina.
Parte de su reconocimiento se lo ganó en sus primeros pasos con el freestyle, en el Quinto Escalón donde creció con sus rimas improvisadas llegando hacia campeonatos más importantes e internacionales que lo coronaron como campeón de la Red Bull. Ahí no solo demostró su talento sino también el corazón que le pone a las causas que le importan. Agitar la bandera de lo que siente y piensa lo llevó a ser de las voces que más alto gritan dentro lxs jóvenes, y no tan jóvenes.
Ocupar ese espacio le permitió explotar su arte para llevarlo por el lado de cantautor. Su primer y único disco con tan solo tres meses de vida acumula millones de reproducciones, y no paran de aumentar.
Tampoco caben dudas de que brindó uno de los grandes shows del año. Con entradas agotadas a horas de anunciarse, fueron dos noches esperadas y que se sabía que serían especiales. Se subió una vez más al escenario que supo pisar fuerte en aquella Batalla de los Gallos del 2017, pero esta vez con una banda detrás de él, canciones propias, y nueve mil personas coreando «Dale Dale Wos«.
Pasadas las nueve de la noche ya se podía sentir el calor que habitaba el Luna Park. Gente aplaudiendo ansiosa, atenta ante el más mínimo indicio de que el show daría comienzo, algunos mandando saludos al ex presidente mediante cánticos; pero al fin todos expectantes.
Cuando los músicos subieron al escenario inundados por aplausos, y en las grandes pantallas se proyectaron imágenes de la caravana, esa que aparece en algunos de los videoclips y que da nombre al disco, continuadas por autopistas, luces de autos, y cualquier imagen que denote movimiento, rapidez y que en conjunto con la música que comenzaba a surgir de los instrumentos nos manijeaba y daba la bienvenida a la noche en la caravana de Wos.
Una vez arriba no había vuelta atrás. Fuimos recibidos de la mejor forma con una de las favoritas del disco, “Luz delito”, que integra el riff de la canción de los redondos, “Luzbelito”, con el rap demoledor al que nos acostumbra Valentín. Para recuperarse un poco del arranque utilizó de comodín las más tranquilas y románticas como “Okupa” y “Terraza”.
Hay en su repertorio algunas joyitas que solo atesora YouTube, y a las que tal vez no todos llegaron. Una de ellas es “Abacanado”, una de sus primeras canciones. “Siempre me gusta traerlo” dijo Wos para presentarla. Una gran decisión porque en vivo suena, y resuena, mucho mejor.
En los momentos de la noche como el siguiente, son en los que te das cuenta de la importancia que un pibe así tenga un micrófono y sepa usarlo. Va más allá del talento que tenga para producir una canción pegadiza, se trata sobre el compromiso que asume ante lo que pasa día a día. Invitó a subir a la banda Banzai FC para interpretar los temas que tienen juntos y que son muy contundentes en cuanto a contenido social. “Protocolo” y “Mosaico” fueron los elegidos e introducidos con una reflexión sobre la situación de Latinoamérica. Wos hizo alusión a la represión que sufren quienes salen a manifestarse por sus derechos básicos, “Fuerza para Chile y Bolivia”. La pantalla acompañó durante “Protocolo” con múltiples imágenes de represión en Argentina y países vecinos, videos de noticieros y otros de las autoridades declarando en la televisión. Vale la pena apoyar a artistas así, que tienen voz y la utilizan, que se involucran.
Para descontracturar, se bailó un poco al ritmo de “Fresco” y se saltó un poco más con “Pantano”. Para esta última Wos nos compartió el momento de composición, cómo se sintió y cómo frente a eso nos invita a liberarnos y despojarnos junto a él. La interacción con el público fue constante, mientras cantaba, y entre canción y canción. Moviéndose como pez en el agua, y por momentos mirando la multitud y conmoviéndose, se animó a compartir lo que en él significan muchas letras y lo agradecido que está del lugar que ocupa. El talento está, y lo genuino también.
La que para muchos es su mejor canción, con 86 millones de reproducciones, fue de las canciones sobre la que recayó más expectativa. La mejor forma de cumplir con lo que se esperaba de ese momento fue reproduciendo un mini video del personaje que encarnó en el video, el Wos presidente, acompañado de la patada de canguro gritada por miles de personas que saltaban bajo el agua que expulsaron desde el escenario entre una lluvia de billetes de dos pesos personificados por el autoritario meritócrata que protagoniza el videoclip.
Aunque esté alejado de las competencias de freestyle no deja de fluir sobre cuánta base se le cruce. Su primera oportunidad fue sobre el beat de “Still D.R.E.”, “Estamos con los tranqui y con los langa, tenemos freestyle y amor para ustedes una banda”. La otra fue posterior a cantar “Animal” con su amigo Acru que fue ovacionado por el público. En un ida y vuelta sobre el cariño que se tienen, sobre la Argentina y sobre el momento mágico que presenciaron, supieron ganarse el cariño de todos.
El free no fue solo cosa de Wos. La banda improvisó a solas por lo que tuvo su momento de brillar. Guille Salort en la batería, Fran Azorai en teclado, Natasha Iurcovich en bajo y la reciente incorporación de Francisco Yalve en guitarra, su ex productor. No estaban solos, fueron acompañados por un quinteto de vientos y sumaron una batería más.
El agite siguió a fondo para recibir a su ex guitarrista, Ca7riel, durante “Klapaucius” y para recibir más tarde al conjunto liderado por su padre, La Bomba del Tiempo. Con el grupo que trajo percusión y fiesta se animó a participar tocando sus propios tambores y obviamente improvisando. Estaba entre familia y se nota, disfruta él también del show y cierra con un abrazo de su papá.
Con la caravana próxima a llegar a destino tuvo momento “Melón Vino” en versión mitad acústica y mitad como la conocemos originalmente con la particularidad de estar encuadrada en un mar de flashes. La canción fue dedicada “a aquellos amigos que la estén necesitando”. “Andrómeda” fue cantada con el último aliento de quienes estuvieron saltando y subiendo la temperatura durante las casi dos horas de show. “No va a bajar” explotó pero con ese gustito de saber que se acerca un final.
Era necesaria una última explosión antes de partir a casa, y de ello se encargó “Púrpura”. Fue la canción final, la de la danza de los que resisten bailando aunque quieran que no seamos nadie. El cierre perfecto de ese paseo en caravana al que nos entregamos durante toda la noche. Un paseo lleno de emociones que confirmó lo inabarcable del cariño que se le tiene a “Wosito”. Hay caravana para rato y estamos subidos en esa. Sabemos que no va a parar.