Viviendo la gozadera

Los Amigos Invisibles en Niceto Club

Desde que me vine de Venezuela, había intentado impedir que la nostalgia por mi pequeño país caribeño me entristeciera de algún modo mi nueva vida. Oportunidades como estas que he tenido de cubrir numerosos recitales, y empaparme un poco del gran epicentro de rock latinoamericano no le llegan a cualquiera.

Sin embargo, el pasado jueves en Niceto Club , Los Amigos Invisibles volvieron a recordarme aquella calidez y diversión que es dificil olvidar en estos dias tan frios. Algo que solo puede venir del calor tropical,  un verano eterno y una gozadera “rica pa goza” (Cosas que en algún momento pasado fueron la características más resaltantes de mi país).

Una de las bandas latinas más exitosas, que ha atravesado unos cuantos cambios duros en su formación con la salida de varios de sus miembros originales, llegaba a Buenos Aires a demostrar que estaban más vivos que nunca.

Con más de 20 años en tarima, Julio Briceño salió a dar todo en un Niceto completamente lleno. Lanzando un intro bastante divertido con varias de sus canciones más nuevas (Sabrina, Sueño Erótico) prendió la fiesta en el local. De repente, ya no era otoño.

El show continuó con un UltraFunk y Dame el Mambo que llevaron a los asistentes a un éxtasis de baile. “No importa que estemos tan lejos de la playa” dijo Briceño. La suplencia de Daniel Saa en las guitarras fue una grata sorpresa junto con la gran presentación de José Rafael Torres en el bajo. “Vivire para ti” y “Mentiras”, le pusieron muchísimo sabor al concierto con gran trabajo en las percusiones de Juan Manuel Roura

Cuando la banda llegó a recorrer sus más clásicos éxitos, la emoción y la felicidad de los asistentes (así como yo).“El Sobon”, “Ponerte en 4” y “El Disco Anal” hizo recordar aquellos años 90 tan sencillos y maravilloso que siento que recuerdo pero se ven tan borrosos. Todos bailaban. Todos reían. Ya no había preocupaciones. Ya no había migración. Estábamos juntos de nuevo.

Después de un gran encore con “Esto es lo que hay” y todo el público pidiendo un premio “Orquídea” para la banda, el show llegó a su final. Pero me voy testigo de una gran presentación y un gran recuerdo. Una noche tan linda como esa no se repite todos los días.

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