Los escombros en el World Trade Center estaban aún hirviendo. La profesora de Taller de Expresión de Sociales nos pidió hacer un pseudo mini ensayo acerca de la situación. No sé por qué me centré más que nada en las imágenes que mostraban a palestinos festejando, pero que en realidad era un fake (¿qué pensaban, que esto lo arrancó el periodismo macrista?). Un par de eventos en la ciudad se había suspendido, todavía algunos creían que en cualquier momento podrían llegar a atacar a Buenos Aires, que ya demasiado tenía con un gobierno en plena debacle, ineficiente ante una pesadísima herencia.
Pero ellos solo querían festejar. Y nosotros también. Así que allá fuimos con mi amigo Poncha a verlos juntos, como tantas otras veces antes y después. Siempre que había un reci de Los Deca íbamos juntos, hasta que una fecha en un Luna Park lo cambié por una mujer y no fuimos más.
Esa noche del 15 de septiembre de 2001, hace veinte años, Los Auténticos Decadentes festejaban 15 años en El Teatro de Colegiales y Cucho se había vestido de novia para las notas previas. Me gustó mucho una en el Sí de Clarín que tiraba anécdotas año por año, algo que me inspiró para mi nota del festejo de sus 25 años para Revista El Bondi (aunque puntuando disco tras disco).
Estábamos en la víspera de la primavera, pero llovía y hacía un frío de cagarse. Clima poco agradable para la cola que se hacía cada vez más larga y daba vuelta dos esquinas: primero la de Lacroze y Delgado, hasta llegar casi al final de Teodoro García, a punto de volver a Álvarez Thomas y cerrar la manzana (sí, en ese entonces se hacía la fila para el lado contrario al que solemos ver casi siempre en la actualidad).
Los Auténticos Decadentes eran (y son) la típica banda que te encontrabas en cualquier lugar. Festivales gratuitos, fiestas municipales de cualquier tipo gratuitas, casamientos gratuitos, cumples gratuitos, fiestas empresariales gratuitas. Incluso una noche, desprevenidos transeúntes de la Av. Córdoba miraban a un costado y veían a Cucho y Compañía tocar en el viejo estacionamiento de la Facultad de Económicas de la UBA. Por esa razón, tal vez, entre otras, sucedía que los shows en vivo pagos por esa época no les era tan fácil llenarlos. Encima todavía estaba esa boludez del rockero subestimando bandas pachangueras, por más que tenían más rock que decenas de las que se hacían llamar rockeras, y además les pasaban el trapo en sonido y ejecución.
Pero esta vez sería el principio de algo que no iba a parar más. El Teatro quedó demasiado chico y las primeras notas de “Aguinaldo” coincidían con el cartel de “Entradas agotadas” ante demasiada gente todavía afuera que se iba a perder el festejo. El perfecto combo “Yo puedo/No puedo” desató un comienzo perfecto y a la vez no tan hitero. Todo se desmadró con “La marca de la gorra” y la fiesta fue inacabable.
Pocas veces salté tanto en un recital. El bloque con Attaque 77 de invitados fue antológico y la versión ramonera cantada por Jorge Serrano de “La chica del sur” para ponerla en un cuadrito. El único momento de calma se vivió con la perfección de “Turdera” en la guitarra y la voz solitaria de Diego de Marco en escena.
Siempre amantes de los antihits, con el Poncha disfrutamos por demás de “Lejos de ti” y “Te contaron”, temazos que podrían haber sido hits si hubieran sido cortes de difusión, y que nos habían encantado tras piratear un viejo Obras del ’99 creo, que había tenido una lista de temas imbatible. Unos meses después pasaron este show en la tele y también lo pirateamos, claro. Gastamos esos CDs de tanto escucharlos. Creo que en una de las tantas purgas de CDs que tuve en estos tiempos lamentablemente pasaron a mejor vida, pero muchas canciones de este show se pueden disfrutar en el compilado en vivo que es 12 Vivos, que compré original una tarde perdida de sábado en el Parque Rivadavia y que aún conservo.
Desde entonces, creo que fui a casi todos los festejos de cumple. Me acuerdo los 22 en el Ópera, los 25 en el Luna que ya conté, 27 en Trastienda (tremenda lista con muchos temas no hiteros como me gusta, y un Cucho encendidísimo), 28 en Coliseo, 30 de nuevo en el Luna (acá escribí la nota más leída de la historia de Al borde del tiempo) y varios más que me estoy olvidando.
Felices 35 a los Deca, la mejor banda de Argentina. ¡Y que vivan por siempre!