En octubre de 2020 salió el primer disco de estudio de Nathy Peluso, Calambre, y en mi mente se produjo un fenómeno especial: la sinapsis de las tapas. Hace tiempo que vengo recopilando “tapas gemelas”, y creo que esta es la oportunidad para presentarlas ante la sociedad. Quizás Island Life y Calambre sean las primeras mellis de muchas venideras, veremos cómo se agranda la familia.
Empecemos por el principio. Grace Jones comenzó como modelo de las grandes marcas paricinas, ya que fue por esos pagos donde su particular cuerpo y su aspecto andrógino cautivaron ferozmente a los gigantes de la moda europea.
Más tarde, la escena disco de Estados Unidos fue quien la acogió para volverla una estrella distinguida del mítico Studio 54. Un impulso disparador para timonear su carrera hacia la música, transformándose en cantante y compositora.
Durante la década del ochenta, la mayoría de sus vínculos venían cargados de arte y creatividad. No sólo fue íntima amiga de Andy Warhol, sino que también mantuvo una relación amorosa con el diseñador y creativo francés Jean-Paul Goude, con quién además tuvo a su hijo, Paulo.
Goude, un reconocido ilustrador, fotógrafo, diseñador, y coso (groso), fue el creador de la inolvidable tapa de Island Life, un compilatorio de 9 años dentro de la carrera musical de la cantante. Esta imagen es considerada de las más famosas de la cultura pop, donde podemos ver a una Grace Jones tan elástica como su repertorio musical, impactante, firme y dinámica. Equilibrio, confianza y seguridad, lo mismo que se siente al escuchar este disco.
El diseñador utilizó recortes de fotografías para lograr esa pose distinguida y extravagante que ilustra la portada. Esta contorsión se consiguió gracias a un recurso llamado trampantojo, una técnica pictórica que busca engañar la vista del espectador a través de juegos simulados con el contexto, la perspectiva, las luces y otros efectos. Da como resultado una realidad exagerada, una ilusión óptica de algo que parece real, pero en verdad no lo es.
Un ejemplo más actual de esta técnica, podría ser alguno de los murales del viejo y querido Banksy, donde interviene un contexto real con elementos irreales.
Volviendo al parentesco, Nathy Peluso reconoce a Jones como una gran referente en su carrera artística y también hay algo de sus pasos en su imagen. Peluso tampoco tiene un cuerpo hegemónico, ostenta sus rasgos distinguidos y diferenciales con orgullo y atrapa a la escena actual con una personalidad y una estética diferente a la que acostumbrábamos.
Pienso que su intención en la portada de Calambre, fue hacerle un guiño a su idola. Una declaración de amor, quizás un poco literal porque tiene una misma paleta de color, similares elecciones tipográficas y hasta un mismo enfoque y tratamiento de imagen, pero yo creo que no estamos ante un plagio. Mi veredicto es que simplemente se trata de un homenaje.
A diferencia de la diva jamaiquino-estadounidense, la diva argentina logró la pose de manera natural, es decir, que no se trata de una ilusión óptica. Consiguieron el salto perfecto luego de tres horas de saltos continuos sobre una colchoneta, dentro de un espacio amplio, lo que demandó mucho entrenamiento previo y una exigencia física importante para la cantante.
A mi parecer, Jones y Peluso, coinciden no sólo en estas portadas hermanas, sino también en sus estilos eclécticos y multifacéticos, en sus sensualidades abiertas, en el cuestionamiento de estereotipos, en sus looks extravagantes y sus personalidades controversiales y quizás también, en sus orientaciones musicales.