Sig Ragga en el Konex: Viaje a la luna con sus relatos

En el patio del Konex se reflejaba que una tormenta había pasado hace instantes por la ciudad, pero la calidez y la noche prometida traían una energía diferente, la gente disfrutaba la llegada y, cerveza en mano, empezaba a palpitar el show de Sig Ragga.

Por mi lado, comencé a subir las escaleras y a cada paso que daba; una melodía se escuchaba con más claridad. Acorde a la banda y a su momento, me encontré con un ambiente tenue y jazz de fondo. Modo relax para finalizar la semana y a la vez ansiedad por sentir y vivir la segunda parte de Relatos de la Luna.

Las butacas de «La Gran Sala» de a poco se iban ocupando para disfrutar la magia en el escenario. Los instrumentos en sus posiciones y listos para reproducir un reggae que lejos está de ser clásico, fusionando diferentes estilos.

De repente se encienden las luces y el ambiente se convierte en un espacio sideral, llevándonos al más bello lugar, percibiendo ese tono único de la voz de Tavo Cortés.

Todo explotó cuando comenzaron a sonar los acordes desde el teclado de Gustavo, sonaba «Orquesta En Descomposición», tema con el que la gente se puso de pie y comenzó a balancearse de un lado a otro. La alegría se sintió circular en el aire y la ansiedad se transformó en disfrute y sonrisas en los rostros.

Nadie se volvió a sentar y cada canción hacía más intensa la noche. Sin dudas fue el mejor relato de la luna que me han contado.

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