El sábado 24 de noviembre en el Teatro de Flores, Sara Hebe junto a Ramiro Jota, se presentaron para encender las mentes. Con una gran cantidad de público adentro y un calor corporal bien tribal, nos hizo olvidar el frío de las calles porteñas. Antes de arrancar, ya se percibía en el ambiente unas ganas de liberar, de sacar afuera la porquería, de acelerar el pulso. Y así fueron las dos horas seguidas de show en las que Sara, junto a su gente arriba del escenario, no paró ni un segundo de agitar y de demostrar el combate que proponen sus palabras. Desde abajo también hubo respuesta con una gran cantidad de público que pogueaba más de la cuenta, nada de tibios.
El fuego estuvo arriba y abajo del escenario. Sara y la banda, más todos los performers que desfilaron por el escenario y se subieron a bailar y cantar junto a ella, pusieron todo, bailarines agotando todo su físico y poniendo el cuerpo a la causa. Abajo también, un pogo enorme, sacadísimo, y gritón, que agitó al ritmo de la banda y que no tienen nada que envidiarle a cualquier pogo punk o que se jacte de serlo.
También hubo lugar para el activismo político con el tema “El pedido”, que fue dedicado a los travesticidios, presentando un cartel que gritaba “basta de travesticidios” y un pedido en favor de la ley trans, y cupo laboral.
Cada tema tuvo en la pantalla de fondo una proyección impecable, compartiendo estéticas entre sí, collage coloridos y encendidos, calaveras que giraban, vírgenes llorando y videos oficiales de la banda que acompañaron la noche.
Por arriba del escenario pasaron bailarines, acróbatas, cantantes, activistas, todos teñidos de sexualidad y mucha sensualidad, que generaban escenas cuasi orgiásticas salidas de un cuadro. Todo muy poético y con mucha astucia para romper estereotipos, todos en la misma sintonía tratando de romper barreras morales.
Pasearon por todos los discos y también sonó el último tema que sacaron este año “MMQTF”. Algunos de los que se escucharon fueron “Historika”, “Jeni”, “Tuve que quemar”, “Pucha”, “Cacho”, “Esa mierda”, “Patria de patrullas”, “Nunca digas nunca”, “Ho!”, “Asado de fa”, “El Marginal”.
Después que el telón se cerrara y la banda se había retirado, las luces encendidas iluminaban a las pibas que agitaban todavía con unas ganas de que esto no termine, marcando el pulso de que acá están, con un feminismo como bandera. Enardecidas y bien plantadas, con el fuego siempre prendido.