Rosalía anunció su regreso a la Argentina como parte de su LUX Tour 2026, con cuatro fechas confirmadas en Buenos Aires: 1, 2, 4 y 6 de agosto, en el Movistar Arena. El recinto vuelve a recibir a la artista catalana en uno de los momentos más ambiciosos y expansivos de su carrera, luego de presentaciones previas que dejaron una huella clara en el público local. Las últimas entradas en venta acá.
La gira acompaña el lanzamiento de LUX, un disco maximalista atravesado por delirios místicos y pulsiones amorosas. El álbum reúne 18 canciones cantadas en 14 idiomas, y termina de consolidar a Rosalía como una figura central del pop global contemporáneo. Se trata de una obra que amplía su alcance artístico y reafirma una identidad capaz de dialogar con múltiples tradiciones sin perder singularidad.

Lux significa “luz” en latín. Puede parecer una obviedad, pero la búsqueda de claridad atraviesa todo el disco como una intención explícita. En ese recorrido, la presencia de una orquesta cargada de cuerdas funciona como el acompañamiento ideal para una exploración que apunta a lo trascendente. Pasajes de gran dramatismo y potencia conviven con momentos de una delicadeza casi ingrávida, capaces de sostener sin imponerse. El despliegue sonoro —que deja entrever un presupuesto generoso— acompaña sin reclamar protagonismo, incluso cuando sacude con fuerza, porque el verdadero eje del material está puesto en las letras.
El disco se organiza en cuatro movimientos, y es allí donde aparece el primer interrogante. Toda división sugiere una lógica interna, pero en este caso no resulta del todo claro qué emoción o concepto domina cada tramo, como si la segmentación respondiera más a una decisión intuitiva que a una necesidad narrativa estricta. En el fondo, LUX funciona desde otro lugar: el de un juego permanente entre lo divino y lo terrenal, un vaivén constante de climas y temáticas que se entrelazan sin respetar compartimentos estancos.
Rosalía atraviesa un período marcado por la intensidad. Los últimos años la llevaron a circular a máxima velocidad por los carriles de la fama, el star system y las giras mundiales a salas colmadas. En el camino conoció personas —como deja entrever en sus redes—, se enamoró, se desenamoró y, a juzgar por las letras de su nuevo material, se permitió una pausa necesaria: una limpieza emocional y creativa para volver a conectar con lo esencial, tanto en la vida como en la música.
Si algo define a Rosalía es su capacidad de reinventarse sin perder identidad. Con El Mal Querer se convirtió en un fenómeno global; con Motomami reconfiguró las coordenadas del pop latino contemporáneo; ahora, con LUX, abre una nueva etapa donde conviven lo sinfónico y lo emocional, los arreglos orquestales, las capas electrónicas y una impronta cinematográfica que se perfila como el gran motor creativo de este nuevo proyecto.
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