Los Pericos, Año 2000, Viejo Divino.
Como muchas historias de gente que termina vinculándose de alguna manera con la música, la mia no pudo ser de otra manera.
Año 2000, un Nicolas de 9 años apenas empezaba a descubrir la música. No hacia mucho tiempo, le habían regalado un walkman que llevaba a todas partes, en casa escuchaba música de todos colores, y también compartía con sus compañeros de primaria a través del Winamp. En ese momento, la novedad era conseguir templates nuevos cada semana y su madre laburaba en Much Music.
Mi suerte dentro de toda esta historia, es que a mi madre en ese momento le llovían entradas para recitales, y a mi me llovían las ganas de descubrir el mundo.
Tengo vagos recuerdos de aquel recital la verdad, pero si tengo el vívido recuerdo de esa noche en una fiesta de Much Music, en el ya extinto Opera Bay de Puerto Madero.
La inocencia me llevó al estado de asombro al llegar en taxi al lugar. Un lugar como nunca más volví a ver, un edificio hermoso, las clásicas luces que llegan al cielo, coloridas y brillantes, la música en un volumen que no había experimentado antes y los compañeros de trabajo de mi madre que no podían creer que un pibe de 9 años esté presente y tan enérgico con la idea de escuchar música en vivo.
¿Cuál fue la banda de esa noche? Unos “Pericos” en estado de gracia. Tal vez en su mejor momento luego de la salida de, para muchos, su mejor disco, “Mystic Love”. “Sin cadenas” y “Pupilas lejanas” sonando en absolutamente todos lados.
El Bahiano, en ese momento, ya se posicionaba como ícono con la distinción de su voz como bandera. Lejos todavía estaba la pelea que lo haría desertar de la banda.
Fue un show largo, la gente que había tenido el privilegio de entrar no paraba de vivar a su banda, ni de agitar las banderas. Un set list que conformaba lo que hoy son hits como “Parate y Mira”, “Home sweet home”, “No me pares”, “Eu vi chegar”, “Runaway” y “Mucha experiencia”. Me los canté todos, claro que si.
En ese momento, había una trilogía de bandas que, fija, te sabias muchas de sus canciones si o si, “Los Autenticos decadentes”, “Los Fabulosos Cadillacs” y la susodicha.
Lo único favorable de mi edad, era que todo aquel que sabía que estaba ahí me iba a dar lo mejor para que la pase bien. Así lo sentí. Todo el recital lo vi desde un vip, justo enfrente del escenario al lado de mi madre. Esa semana hubo recitales todas las noches, y como se imaginaran, fuimos a todos esos recitales.