El domingo 14 de octubre, Marilina Bertoldi presentó “Prender un fuego”, su nuevo álbum, en su segunda fecha consecutiva en Niceto Club. Después de un sábado agotado, afuera una gran cola espera retirar su entrada para ingresar. Adentro, repleto.
La previa la calentaron HTML, adentrándonos en la electrónica oscura, y Marina Fages, que nos revoleó un rock a toda velocidad.
Comienza Marilina y en el escenario se armó una puesta de televisores acomodados de forma aleatoria, desordenados, en donde se proyectaban en cada uno de ellos, diferentes ángulos de su cara y del show, también cumpliendo la función de proyectores de luz que encendían el escenario de colores y nuestras caras.
El disco se apoya en dar espacio a la letra, generar atmósferas de sentimientos, bajando el volumen de las guitarras y del rock, para darle espacio al pop, a lo electrónico, al baile, sin perder su carácter. Bertoldi está mutando, desde su último disco que te mantiene bien arriba, mete una pausa, explora la calma y arremete con un nuevo sonido, nuevos colores para ella.
Nos los dio entero en la cara, uno atrás de otro, en lista, como viene presentado en el álbum, y así fue como lo disfrutamos, y tal vez es una buena forma de describir el disco, como obra entera, como si un tema hablara del que sigue, y no tratando de buscar el hit del momento, entregarnos la dicha de disfrutar su obra de principio a fin, viajando a la par, como lo hace la banda.
Sin retirarse del escenario, también no se olvida del agite y nos regala los hermosos “Sexo con modelos”, “Rastro”, “Y deshacer” y “Racat” para terminar la noche.
