En una época donde la mixtura de estilos está a la orden del día, hay una banda que apuesta a respetar, cuidar y enriquecer a un estilo clásico. La Condena hace rock, tan sencillo como esas 4 letras, obviamente que le pone un toque, le da una vuelta y lo hace sonar de manera impecable en Groove durante una noche de crudo invierno.
La gente se acercó sobre la hora, la baja temperatura hacía dudar a los remolones, pero todos sabían que un gran disco los esperaba. La banda de Sawa Mielnik editó “La perfección del caos”, la placa sucesora de “Vendaval”, la cual había puesto la vara muy alta de cara al futuro. “En algo hay que creer”, canción que abre el disco y también el show que apenas superó la hora y media.
El set list combinó toda la historia de “La Condena”, dando un claro mensaje de respeto hacia lo viejo. El sonido fue nítido, y la puesta en escena digna de destacar (queda muy lindo el escenario sin equipos) y las visuales acompañaron los diferentes climas del concierto.
Si hablamos de momentos para destacar, siempre se debe recaer en “Libertad” y “Dios Seguridad”, dos grandes canciones de “Vendaval”, que muestran lo más crudo y lo más lírico de los muchachos. “Fuera de foco” y “Buenos Aires”, ya en la parte final del show”, se sumaron a esa lista para resaltar de una noche sin fisuras de ninguna índole.
Pasadas las 11 de la noche, Groove aplaudía a 6 músicos que se prepararon durante mucho tiempo para ese momento, y vaya que la preparación fue buena. La Condena de Caín superó con creces las expectativas que teníamos sobre las nuevas canciones. Ahora hay que rodarlas y dejarlas que vivan su historia.