El sábado 08 de febrero a las 18:00hs. arrancamos desde Capital a la ciudad de La Plata, rumbo al Punto Único, Estadio Ciudad de La Plata (Av. 25 esq. 528) para ver a una de las bandas punk más rebeldes de la historia de la música, La Polla Records, presentando su gira de regreso “Ni descanso, Ni Paz!” luego de 20 años sin pisar nuestro país.
Decidimos hacer un stop por el camino en un supermercado asiático para proveernos de alimentos y algunas bebidas espirituosas para darle un contexto adecuado.
Primera ironía poética de la noche, una banda punk tocando en una ciudad de nombre La Plata.
La ruta bastante amable y la llegada también, buscamos lugar para dejar el vehículo y conseguimos al instante. En la 525 entre 26 y 27, si nos perdemos ahí nos vemos al final. Arrancamos la caminata al estadio.
Segunda ironía poética de la noche, una ciudad con calles diseñadas y organizada en la que hasta un burro con los ojos vendados podría caminar y no perderse. En este caso el orden no permite rebelión.
En la puerta quilombo como era de esperarse, unos pocos punks con ganas de reventar vallas y queriendo ingresar sin entrada, pegándole a los laburantes de prevención, policías que no accionan para frenar el caos y el desmadre que se avecina. Botellazos, palazos, y hasta bombas molotov fueron el inicio de la represión policial, a discreción y sin importar a quienes les dirigen las detonaciones.
Pasamos el control y adentro, un playón enorme repleto de seguidores, algunos ya de toda la vida se les nota en el viejo y crudo cuero de sus camperas, algunos más jóvenes a punto de reventar.
Se encienden las pantallas y aparece una inmensa cruz religiosa incendiada como en los viejos tiempos. Pateamos el tablero y a saltar. Suena Salve y explota todo.
Evaristo al micrófono nos deja pasmados con su vozarrón que carraspea y nos transporta a su vieja época. Y empiezan a sonar uno tras otro los temas sin una palabra del cantante. Se anima a querer decirnos algo, pero – ¿qué puedo decirle yo? nos dice…
Dos horas de recital, con un intervalo más corto que un tema punk, no nos dio respiro. La primera parte desde atrás, la vivimos con aquellos que lo querían ver y disfrutar un poco más tranquilos, y la segunda parte más activa y demoledora con los temas que todos queríamos escuchar, metidos en el medio del pogo, a 20 metros de Evaristo que no paraba de escupir el escenario, y de caminar de un lado para el otro, de poner esas caras de loco rabioso e inflar el pecho como si alguien le apunta y no tuviera problemas en recibir el cañonazo. Carne pa´ la picadora, Radio Krimen, Txus, Ivan, Delincuencia, Maigenerasion, No somos nada, Johnny, Ni descanso ni paz!, Toda la puta vida igual, Lucky man for you, Chica ye-ye, Odio a los partidos, fueron algunos de las canciones.
Una luna llena de fondo y un trapo colgado enorme detrás de la banda con una gráfica imposible de describir con todas las tapas de sus discos en blanco y negro, calaveras y dibujos de toda su historia, queremos una copia en miniatura para colgar en el living de casa.
El punk ha muerto y nosotros también.