En estos días, y antes de un show importantísimo para la historia de la banda, charlamos con la gente de «La Casita Rodante», quien se presentará el sábado 2 de diciembre en el Club Tucumán de Quilmes. Los chicos están presentando «Corazón andante», su primer disco, el cual los profesionalizó y los hizo dar cuenta del potencial que había para crecer.
«Corazón andante» es el debut discográfico de la banda. ¿Qué interrogantes tenían antes de ingresar al estudio? ¿De qué manera fueron desapareciendo?
Antes del disco éramos, simplemente, un gran grupo humano haciendo música libremente. Un equipo de amigos del barrio que se juntaba a comer empanadas, tomar un vinito y jugar de manera desestructurada con las canciones que iban apareciendo. No nos hacíamos preguntas porque sólo se trataba de pasarla bien.
La cosa comenzó a cambiar cuando empezamos a tocar en centros culturales, la gente a contagiarse de esa energía espontánea, a pedirnos algo para escuchar o pasarle a un amigo, y sólo teníamos dos grabaciones hechas por nosotros mismos, con escasos recursos. Entonces llegó el día que hubo que decidir entre seguir experimentando con el home studio o grabar profesionalmente. Tomamos la segunda opción y creemos que fue la acertada.
Trabajaron con gente de «Arbolito», quienes tienen muchos puntos en común con su propuesta. ¿Esto fue pensado para fortalecer las canciones? ¿Barajaron otras opciones?
En el mismo momento que pensamos en grabar un disco apareció Andrés Fariña, que le estaba dando clases de bajo a nuestro bajista Lucas Alonso. Andrés le comentó la intención de hacer su primera producción de disco con una banda; nosotros analizábamos la idea de poner un productor, y nos entusiasmó. Nos propuso grabar en el estudio de Agustín Ronconi, y nos pareció un sueño porque nada fue buscado, pero eran las personas justas para encarar ese proyecto, por su conocimiento de la música latinoamericana, pero sobre todo por la humildad y sencillez que los caracteriza.
Se fortalecieron las canciones y nosotros como banda. Crecimos enormemente y La Casita Rodante encontró el camino.
¿Cómo fue la metodología de trabajo? ¿Quedaron canciones afuera?
Desde el principio convenimos que preferíamos un disco corto, de ocho canciones, pero contundente, por el presupuesto y los tiempos que manejábamos.
Le pasamos todas las canciones a Andrés, hizo una preselección y comenzamos a trabajar sobre diez. Incorporamos el metrónomo y grabamos todos los ensayos para ver el progreso.
Las canciones que forman el disco son las más viajeras, paisajistas y trashumantes. Quedaron para otro disco las más luchadoras. Esperamos poder grabarlas pronto.
Se viene el concierto en el Club Tucumán a principios de diciembre. ¿Qué va a ver la gente que se acerque? ¿Cuál es el balance de este año con disco en mano?
Estamos siempre buscando la forma de ofrecer algo distinto, que exceda a un típico recital, que sea más cultural y que involucre a otras ramas del arte. Creemos que el 2 de diciembre va a ser histórico para la banda y para el público. Nos gusta armar escenografías significativas a la temática elegida para el show. En la presentación del disco, en el mes de abril, armamos una carpa en el escenario; otras veces entramos en bicicleta o colgamos la ropa, representando una escena e intentando que el público se adentre en el paisaje que proponemos. Para este día especial, juntamos un colectivo de artistas de nuestra ciudad y los integramos a nuestro show. La gente que venga al Club Tucumán de Quilmes se va a encontrar con murgueros, percusionistas, magia, clown, intervenciones teatrales y a grandes músicos, en una varieté que llamamos “La vida es bella”, nucleada por la música de La Casita Rodante.
Este año, después del disco, creció mucho el público en nuestra ciudad. En un centro cultural tuvimos que hacer dos noches porque ya nos quedaba chico para hacer uno. Para el montaje que pretendemos en cada show empezamos a buscar lugares más grandes como el Club Tucumán y, como la organización necesita tiempo, comenzamos a tocar menos.
El año que viene vamos a llevar el show a otras ciudades de Buenos Aires, donde “Corazón andante” está llegando de boca en boca.
Siempre pedimos a los entrevistados que nos recomienden nuevos artistas. ¿Qué aporte puede hacer «La Casita Rodante»?
No podemos recomendarlos como nuevos, porque algunos tienen una vasta trayectoria, pero sí como descubrimientos personales en el último tiempo y que incorporamos a nuestra lista de temas de la vida. Pedro Pastor y Muerdo de España, y Adrián Berra de Argentina, tres cantautores mágicos, a los cuales tuvimos la suerte de conocer personalmente.