En un recóndito lugar de este universo, denominado Museum, recientemente inaugurado, entablado en el barrio de San Telmo, una banda llamada Massacre decide presentar su último CD lanzado en el año 2015, y que ha bautizado “Biblia Ovni”.
Como siempre, ambientaron su escenario con instrumentos, cabezas y cuerpos enteros de bebotes (véase el símil bebe que te regalan cuando sos pequeña), algunas pelucas arriba de parlantes, y variados cascos que serán utilizados en la presentación.
Sin música de espera, sólo un sonido de ovni que aparece y desaparece cada ciertos minutos, atribuible, creemos, al instrumento “theremin”, el cual asimilamos mientras esperamos a Massacre. Deciden aparecer sin mucho estruendo, ni emotivos saludos, ni egocentrismo, tan sólo sus presencias que nos indican que está por empezar la noche.
En su estreno de disco deciden sacarle lustre y hacerlo casi íntegramente, pasando por genialidades tales como, “Mi amiga Soledad”, “Niña Dios”, “Domador de jaguares” y “Feliz Noviembre” entre otros. Nos endulzan el oído con canciones de sus anteriores discos, nuestros ya clásicos de biblioteca, “Ringo”, “El Mamut”, entre otros. Con la querida Tory como vocera de fondo entre canciones, con el coro AfroSound surgiendo como toque singular de la noche y un pequeño homenaje a Ricky Rúa, cantante de Los Brujos va desenlazando la noche.
Casi al terminar la noche, los músicos se van brevemente del escenario, volviendo resurgidos como “Massacre Palestina”. Walas decide iniciar su regreso con una fugaz encuesta de gustos musicales que el público se encargó de responder unánimemente volcados hacia el rock.
El concierto se cierra con el gran tema “Mi mami no lo hará” y nos dejan a todos con el cuerpo exhausto de tanto saltar, la garganta fatigada de tanto cantar y un sentimiento de satisfacción musical de haber cargado las energías con Massacre para poder esperar a su próximo recital.
