Indios | Guajira | Ph. Magalí Marín | 04.05.2018
La banda rosarina clausuró la presentación de su disco Asfalto en Guajira antes de una gira que los llevará a México el próximo mes.
Joaquín Vitola se encuentra de espaldas. Una luz roja baña sus hombros y recorre su saco de leopardo. La expectativa de los presentes se acumula sobre el pie del escenario, como si quisieran arrebatarle el acorde de una primer canción que aún no comienza. Él se gira y el ambiente se convierte en El extranjero. Una canción que viene a cuestionar mientras un dedo acusador señala a las personas en la oscuridad. Vitola lleva una polera blanca que se le anuda en el cuello, y que reza Indios de lado izquierdo a la altura del corazón. Comienza a bailar escudado por sus dos guitarristas, Nicolás de Sanctis y Patricio Sanchez Almeyra. Detrás de ellos, el resto de la tribu se completa con Guillermo Montironi –bajo-, Agustin Majdalani –sintetizador- y Federico Pellegrini -bateria-.
La canción que da nombre a su último no se hace esperar demasiado y entra segunda. Asfalto, una fábula sobre el hombre adormecido en sociedad que siempre ve y hace las mismas cosas. Le sigue de cerca Me da miedo el amor, como un respiro romantisismico que se cuela entre una luz intermitente. Para Vení, Vitola llama a los espectadores como si los invitara a andar con él en un escenario que es chico, pero que un imaginario dentro de la canción alberga lugar para todos. La noche prosigue con una seguidilla de temas de su disco homónimo de 2013 como Luz azul, Casi desangelados, Minuto 0. En Laberinto Vitola desliza una mirada cómplice con sus compañeros de banda y desaparece por unos instantes dejando que las guitarras se mezclen con el público hasta hacerse silencio.
Con el calor de las canciones de mitad de lista de Sanctis toma la delantera para una versión acústica de Tal vez me equivoqué. La canción se va apagando mientras rasguña la guitarra y repite “Este sol se irá contigo, nunca conmigo”. De Sanctis habla de una empatía entre Rosario y La Plata y el fulgor de las bandas. Dice que somos muy parecidos y da paso a Borracho, otra canción inédita. El tramo final abre el juego para las melodías que todos esperaban. En Tu geografía Vitola da vida a un cacique de tiempos pasados y camufla unos gritos de guerra en el puente de la canción. Los fanáticos se le unen. Ellos a cambio, piden Ya pasó, una balada que habla de cómo olvidar a alguien cuando no se puede. Allí el cacique se vuelve vulnerable y se lleva una pandereta a la cabeza para luego cubrirse los ojos como un niño.
Indios cierra la noche con Jullie y habla de los extraños caminos del amor. Muchas voces se hacen una y cantan con ellos. Ellos prometen acortar las distancias y volver, siempre y cuando haya del otro lado, alguien que los quiera oír.