Enamorados de lo que no está o lo que fue

El recambio generacional y demases en nuestro rock

Hace 20 días atrás en una conferencia de prensa previa al show de Museum, Walas emitía un alerta sobre la enorme cantidad de bandas internacionales que estaban visitando nuestro país en los últimos meses Por otro lado, en estos días el diario “La Tercera” de Chile, publicaba un artículo sobre la difícil transición que atraviesa el rock argentino, lo cual le hizo perder terreno en la escena latinoamericana.

Estos dos puntos tienen mucho en común porque nos dan una clara conceptualización de lo que somos culturalmente como país, siempre anhelamos lo que pasó, o lo que no tenemos. Los ejemplos están a la orden del día, las visitas de artistas internacionales que están lejos de su esplendor es cada vez más frecuente, y hasta hay un mercado y un circuito de lugares en donde se hacen este tipo de shows, la mayoría con entradas agotadas muchos meses antes de su realización.

La apertura del cepo al dólar nos dio la llave para tener grandes conciertos, pero también abrió el portón para que varias bandas pasen por nuestros país, cuando durante mucho tiempo no nos tuvieron en sus agendas, esto desemboca en una mayor oferta de conciertos y menor apoyo a la industria local, todos priorizamos un show internacional ante la disyuntiva de dónde invertir el dinero. “No sabemos si van a volver” es la frase más utilizada en este tipo de situaciones.

La disposición de poco dinero para invertir en lo local no nos da una escena fresca de grandes estadios, solo nos muestra algunos nichos con bandas de gran potencial, y otras de gran presente, pero las convocatorias de varios miles queda solo para unos pocos, los cuales obviamente tienen su nacimiento musical a finales de los 80. Ir a lo seguro es la premisa, pero esto no solo ocurre en la música, la televisión y el cine también son grandes ejemplos. Las renovaciones no son nuestro fuerte como sujetos culturales.

Esto no es el espacio para detallar bandas que hay que escuchar, pero hay cientas que con presupuestos acotados, y sin padrinos musicales hacen grandes discos, y presentan apuestas estéticas que son dignas de escuchar y compartir. El foco de este artículo está puesto en cambiar la mirada, y dejar de echar culpas en los sonidos repetidos y acartonados, lo que cada vez es más cuadrado es nuestra escucha, y eso es parte de nuestro miedo a lo nuevo, algo que es consecuencia de nuestro “atraso cultural”.

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