Los Espíritus en Groove.
El 9 de julio a la medianoche el país cumple 200 años de independencia del Imperio español. Mientras, Los Espíritus [Maxi Prietto en guitarras y voz, Santi Moraes en guitarra acústica y voz, Miguel Mactas en guitarra eléctrica, “Moog” Martin Ferbat en bajo, Pipe Correa en batería y Fer Barrey en percusión] convocan a cientos de jóvenes que colman un boliche en el epicentro de Palermo a las 2 de la mañana. “Hacele Caso a tu Espíritu Volúmen 5” es la fiesta organizada por y para ellos, con artistas que comparten cierto hilo estético y camaradería. Las Sombras hicieron de apertura, un grupo con gran proyección que ha lanzado su primer LP homónimo.
A las 3 de la mañana y apenas termina el set de Chancho Vía Circuito [gran propuesta bailable de mixtura entre canciones folklóricas latinas con remixes en clave electrónica, cumbia y dub], suenan las primeras notas de la guitarra de Prietto para “Jesús rima con Cruz”. Se le pega, al igual que en el disco debut, “El gato”. No hay respiro. Muy arriba. Calor. Siguen “La Crecida” y “Mares” del segundo disco, “Gratitud”. Las chicas y chicos que inundan Groove bailan y cantan, están de fiesta. Hay almas exaltadas y el clima es carnavalesco. Algún que otro cuerpo se desvanece.
La banda devuelve la abundante energía que sube desde la pista con igual euforia a la hora de tocar sus instrumentos, y disfruta de cada instante. Me resuena a aquel Santana de fines de los 60s que voló pelucas con su big band, combinando rock y blues con ritmos latinoamericanos y psicodelia multi instrumentada exquisita, repleta de arreglos y sutilezas. Aquí, la poesía tiene idiosincrasia autóctona y urbana, convida postales de cualquier esquina de Buenos Aires, como en “Perro Viejo” y “Negro Chico”. En “Vamos a la Luna”, en cambio, hay un respiro con una mística en el aire. Una versión extendida que encantó. Gran viaje. Más tarde, y luego de un breve receso, “El Palacio”, “Lo echaron del bar” y “Noches de Verano” son tres golpes certeros para culminar una noche salvaje.
Con sólo dos discos, el grupo viene de girar por México y siembra nuevos fans por donde aterriza. Son un colectivo musical auto gestionado y como si fuera poco, alabado por la crítica especializada. Por lo que se puede percibir esta noche, parecería que no hay pose ni pretensión alguna más allá del placer de hacer música entre amigos. Los Espíritus son una de las propuestas más atrayentes del rock emergente, que coquetea con el mainstream llegando a públicos cada vez más amplios, pero manteniendo una perspectiva musical genuina, pura y original. En la noche del bicentenario nacional, triunfó la independencia artística y creativa del rock argentino. Los Espíritus están en la cresta de la ola. Ojalá que la sigan surfeando por mucho tiempo.