Me darás Mil Hijos | Niceto Club | 18.02.2018
Finde en verano, el asado listo, los niños en la pileta y alguna cerveza que queda en la heladera, seguramente el plan de algunos cuantos que se entregan entre recuerdos, nuevos momentos y alguna discusión sin sentido, pero eso sí, juntos.
Nosotros vamos a ver a otra familia, una que se reencuentra después de dos años, que aún cierra heridas y en el mejor recuerdo, también sana. Me Darás Mil Hijos estaría en Niceto Club este domingo que brilla de tanto sol, juntos otra vez como aquella vez en el 2015 cuando los despedimos, hoy nos volvemos a encontrar, y también recordar al fallecido Santiago Fernández Bussy, perdida increíble de un colectivo musical que está más vivo que nunca, y que nos regalaba otro domingo feliz.
Una casa llena ve abrirse la cortina que descubre al ensamble entero de los Mil Hijos liderados por Mariano Fernández Bussy y un par de genias-musas musicales en Leonora Arbiser (acordeón y teclas) y Christine Brebes, una puesta en escena humilde y con una mística increíble, el grupo de música popular/acústica es desde un inicio impresionante de ver y escuchar, el eclecticismo de su pop/folk/rock es envidiable y siempre atractivo.
El recorrido de cuatro discos inicia con “Canción de Amor Lejana” y “El Hombre” que acompañó Julio Steinman de La Quimera del Tango en la guitarra, en ocasiones se siente que el tiempo no pasa para la banda y al mismo momento, son otros: maduros, completos, y un poco más vivos, el público se emociona con cada nuevo arreglo y cada viejo recuerdo, corea y sigue con palmas una reunión que esperábamos con ansias.
Mil Hijos es un ensamble teátrico, escucharlo es tan alucinante como verlos, todas piezas de un engranaje que se siente cómodo en el escenario, desde la guitarra con tanta alma de Gustavo Semmartín, un segmento de metales de viento que nos llevan de viaje hasta la fuerza que Carolina Flechner multiplica en la batería. Clásicos como “Perro Viejo” y “Ojos Verdes” brillan por todo el recinto y un frontman por momentos sensible como Bussy nos regala de puro corazón temas urgentes.
Necesario es hablar de la violinista Christine Brebes, pura gloria en cada canción, es definitivamente un regalo para este domingo y “Media Sonrisa” mientras el pecho se parte al escucharlos, cierran un primer set con “Abanico” del disco “Un camino, Algún un lugar”.
El regreso es éxito tras clásico, “Virgen de Acero”, “Invierno” y una versión perfecta de “Perfume” con Federico Falcón de invitado, la transformación de la banda del bolero, al ragtime, al rock acústico es natural, son integrantes que se desarman y ensamblan según lo que pida la canción, incluso para simplemente bailar, como lo hace la talentosa Arbiser cuando suelta su instrumento de momento.
“Aire” y una melancólica “Merienda” van cerrando la noche de herida que sana con cada aplauso, “Y ahora tus manos destejen la tarde / en silencios partidos / y vuelcan la taza. Todo se vuelve a inundar.” en la voz de ojos cerrados de Fernandez, de luz tenue y merecida atención de todo Niceto, muchos duermen ya y esta familia sigue despierta.
Nosotros nos vamos, bailando con “Sueños de Autostop” y “Cruz del Sur” con promesas tácitas de más hijos, con sabor de domingo en casa y la familia reunida, una vez más, gracias.