Qué sano que exista hoy una banda como Científicos del Palo. Que bueno que este trío de marplatenses se suba al escenario de Uniclub y nos regale toda su potencia. Es excelente ver a Carlos “Popete” Andere haciendo retumbar su bajo por todo el local. Uno lo ve salir al escenario, grandote, con cara de serio y se imagina a uno de esos bajistas tranquilos que se dedican a tocar en un costado, sin intervenir mucho. Pero Popete sorprende: salta, da vueltas, baila en cuanto entra en contacto con las gruesas cuerdas.
Es muy bueno también tenerlo a Sebastián Quintanilla en el fondo, sentado en la batería. Quizás sea menos showman, pero tiene un rol fundamental en cada golpe que da sobre la batería. Es genial que el trío se complemente con “Pepo” San Martín, porque los tres parecen encajar a la perfección, como un rompecabezas. No necesitan mas, no hace falta, ellos tres son pura fuerza arrolladora por momentos, y armonía cuando la noche lo pide.
Que bueno que, luego de una buena apertura de Miniaturas de un pavote, la noche haya arrancado con un tema del nuevo disco en solitario de Pepo, intimista, interior y altamente recomendable, pero que después siguiera a puro rock.
Es sano y esperanzador que exista esta banda en estos tiempos, que desde su lugar levanten sus banderas y no se callen nada. En esta época donde seguir una ideología política es casi un motivo para esconderse para muchos artistas, en tiempos donde artistas piden a su público que no canten en contra del poder porque “ellos no hacen politica”, Científicos se la banca, aguantan y agitan los trapos. La política está siempre, nos rodea y nos envuelve.
Que sano que entre tanta seriedad, tengan tiempo también para tomárselo con humor: reírse de ellos mismos todo el tiempo, hablar con la gente y preguntarles si en la sala hay algún astrónomo que les explique de qué están hechas las estrellas. Y lo lindo es que salte a responder uno del fondo y se lo explique. Esa cercanía con la gente es una de las características fundamentales de Científicos del palo. Entre ellos y la gente no hay barreras.
Que bueno es que la banda tenga muchas cartas bajo la manga. Pueden pasar desde la potencia casi violenta de “Cristo o Perón”, a la paz y tranquilidad de “Yo soy” o a la emoción de “La jefa espiritual”. Un recital de Científicos pasa por muchos estados, y eso hace que no dejen fibra sin tocar. Que sano que es que despidamos el 2018 de esta manera: agitando banderas, resistiendo y esperando por un 2019 mejor.