Siempre que una banda propone repasar un disco de mucho tiempo atrás, el fan lo toma de la mejor manera. Se entiende que es una práctica sana escuchar versiones de canciones que tienen mucha agua bajo el puente, y con las cuales los artistas se reencuentran y retrotraen al momento de composición. Por eso, desde el día que Bersuit Vergarabat propuso festejar las dos décadas de un disco como Hijos del Culo, la expectativa fue en aumento.
Un disco que tiene muchas particularidades en su cocina, en este link se puede repasar el artículo que defiende la hipótesis de que fue el mayor desafío de BV en su carrera, y que confirmó el salto que la banda había dado en Libertinaje. La propuesta era festejarlo por streaming, con dos conciertos en días consecutivos: uno para toda América y otro para Europa y Oceanía, para de esta manera no dejar a nadie afuera de una linda celebración.
La cuenta regresiva, tan necesaria en estos conciertos por pantallas, nos pone en clima para reencontrarnos con estos psicópatas itinerantes de más de 32 años de carrera. «Desconexión sideral» y «La vida boba» nos dieron la bienvenida a una noche que para algunos y algunas iba a parecer corta. Una impecable producción con una pantalla detrás de la banda que replicaba la famosa tapa de la placa en varios momentos de la noche.
Fueron doce de las quince las que formaron parte del set list. La banda se mostró suelta, feliz de reencontrarse con el público y con una fidelidad altísima con respecto a las versiones originales. La perlita fue «Salvavidas de plomo», una que quedó afuera del disco pero que Juan Subirá, compositor de la misma, rescató para su «Fisura Expuesta», en aquella ocasión con la participación del gran Andrés Calamaro.
El momento Tito fue con una versión de «Porteño de Ley» que logró levantarnos del sillón para despegarnos un poco del suelo. Un personaje, pintoresco, necesario y que da vida a Bersuit sobre el escenario.
Sobre el final, se relajaron y mostraron canciones de los últimos años, entre ellas «Morocha», single que seguramente entrará en alguna placa futura o que quedará como una pieza individual en la discografía bersuitera. «Me voy» para continuar el plan cuartetero, y sobre el final una que cantemos todas y todos como «Un Pacto», tema emotivo si los hay.
Un deseo de reencuentro físico en el plazo más corto posible y una banda que termina sensibilizada como la mayoría de los artistas que pasan por este formato de streaming. Las salidas de la zona confort nos interpelan y nos ponen en situaciones desconocidas, Bersuit Vergarabat superó el momento con un disco inoxidable y que siempre va a ser menester revisitarlo.