Para mí va a ser especial porque desde lo personal me toca vivirlo y necesitarlo como una distracción en un momento muy triste, pero qué mejor forma de honrar a la música que nos gusta sino dejándonos sumergir en ella para que nos saque de donde estamos por un rato.
Como ya dijimos, en esta ocasión la propuesta del show es teatral, y responde a indicios que ya desde el disco en cuestión pudimos apreciar con la presencia de ciertos personajes en algunas de sus canciones. Lo primero que vemos en el escenario del Movistar Arena es a nuestros queridos Bandalos cada uno vestido con 1 color, y todos prolijamente posicionados como si respetaran la distancia social cuarentenil.
El setlist musical quizá no va a tener sorpresas (al menos en la primera parte), pero para romper un poco con lo esperable Paranoia Pop comienza con la llegada de un elenco de bailarines zombi (a lo Thriller) que nos acompañará hasta el fin de la presentación del disco. Al igual que en la grabación, aparece Louta en escena como primer colaborador de la noche.
Con un cambio de iluminación bien naranjoso es más obvia que nunca la llegada de Sin Señal, el tercer corte de este nuevo álbum; y emulando al mismo personaje de ese video es que Goyo Degano empieza ya a desenvolver un poco sus tradicionales movimientos. De hecho, por momentos se acerca bailoteando al frente del escenario (creemos que es el frente, porque está totalmente desdibujado) como buscando encontrarse con un público claramente ausente. Mati Verduga nos contó que este tema le cuesta, pero su batería fluye de manera impecable. También se aprecia ya la angelical (literalmente, pues visten así) presencia de una orquesta de cuerdas ubicada detrás del fondo del escenario.
Va a llegar A la Cabeza, mi tema favorito del disco, protagonizado por una pareja romántica en situación de auto estacionado a un costado debajo del escenario (como quizá algunos hemos estado pirómanamente aparcados en alguna esquina alguna vez). Igual todo muy cuidado y civil, siempre en los asientos de adelante. La escena se interrumpe e irrumpe ante la presencia de un Iñaki Colombo épico, izado de pie sobre el techo de lo que creemos era una rural Golf, para el primer solo de guitarra del setlist.
Ahora toca el regreso de los muertos vivos (creo que provienen del set de Demasiado) para bailar Chu-Chu, y posteriormente va a llegar La Herida donde Goyo se sigue luciendo y mientras asciende en su esplendor también asciende literalmente. Sí, empieza a volar con la ayuda de unos cables que lo ubican por encima del grupo de zombi-fans mientras les tira brillos. Otra escena épica de este espectáculo.
Luego de un breve y bello intervalo instrumental, podemos ver a El Ídolo desde su melancólico sillón ubicado en un lugar donde normalmente estaría la camada más próxima de espectadores en el campo cercano al escenario. Aparece también ahora el saxo previsto para este tema (que fuera otro de los cortes oficiales del disco), ataviado de querubín desde las nubes a un costado del escenario.
El inicio de Mi Manera de Ser es algo que anticipé bastante, y se presenta quizá como la primera canción ligeramente desviada del libreto…con una mini mini intro muy a lo Queen, que justamente matchea con imágenes del público en un show de la banda inglesa que vemos en pantalla. Los zombi-fans están extasiados, y nosotros también. Palpitamos fuerte lo que va ser gritar ese coro de “eh! eh! eh!” cuando podamos hacerlo al unísono y realmente en vivo. Iñaki nos da otro gran solo, también apenas salido de los papeles.
Lógicamente sigue A.Y.N.M.G., y Goyo luce emocionado. Hasta parece que se le quiebra un poquito la voz. Decimos que se le quiebra dentro de la hermosa textura y fluidez a la que nos tiene acostumbrados, casi parece un recurso más dentro del personaje de hoy. Va caminando por los palcos, aprovechando que no hay nadie para emular un poco el video.
¿Hubiera hecho lo mismo con público? Creemos que sí. Y así termina otro gran tema, que en esta oportunidad cuenta con arreglo de cuerdas y eso le da un toque especial.
Es turno de Fulnabis, que despliega un juego de luces distinto; bien a tono con la rítmica del tema…y finalmente termina con ellos paralizados. Sabemos que acá termina en cierta medida el show, y sin que tengamos mucho tiempo para pensar nada es que aparece en escena el personaje de Lucyfer (incomprobable que se escriba así, pero lo imagino así).
Se presenta como el maestro de ceremonias diabólico, rojo, barbudo y cornudo, interpretado por Peter Lanzani para presentar a la banda y a la Big Parana Band quienes acompañaron desde las cuerdas ante un público imaginario.
Para Los Puntos, ahora vemos a la banda formando un círculo completado por la presencia de Esmeralda Escalante y su guitarra. Ya no están en el escenario, y el círculo es bien íntimo. Ella está de blanco, como el color (no color) que faltaba; y mientras nos regala esos coros maravillosos pensamos que no hay manera de interpretar esta canción sin una voz como la suya.
Para el cierre definitivo, como ya habían adelantado los Bandalos y como todos pretendíamos, hubo bises. Los que no pueden faltar. Hubo también cambio de vestuario, y ahora se parece un poco más a lo que hemos visto de ellos en vivo en otras oportunidades.
La despedida se inicia a cargo de Vámonos de Viaje, y al ser algo a lo que ya estamos acostumbrados se rompe cierta burbuja generada por la intencional y excepcional pulcritud con la interpretaron Paranoia Pop. Suena Super V, uno de los clásicos que nunca nos van a cansar. Sigue Demasiado, infaltable. Y se nota fácilmente que es un set de canciones que ya exhiben y alardean cierta erosión en sus interpretaciones en vivo, algo que seguramente empezará a suceder también con las canciones del nuevo disco que nos encargaremos también de erosionar oportunamente presentación tras presentación como lo apasionados fans que somos de esta banda del bien.
El último de la noche es Tu Órbita, estirado en su tramo de vientos como es usual, y aunque es raro no escuchar el tradicional coro de la audiencia lo hacemos desde casa de todos modos.
Así se va una nueva presentación de Bandalos Chinos, memorable sin lugar a dudas; y como siempre dejándonos con ganas de seguirla mucho más. Ojalá muy pronto podamos respirar el mismo aire sin que esto implique poner en riesgo nuestra salud, y así volveremos a disfrutarlos juntos arriba de un escenario.