Desde el sur de nuestro país, Antonio Martínez llega con su propuesta solista recién nacida. Una gira de medios por Buenos Aires con algunos conciertos entre medio nos dio la chance de conocerlo y poder repasar un poco la génesis de una etapa más que promisoria en su carrera artística.
Llegas a Buenos Aires con una nueva propuesta solista. ¿Cómo fue esa transición del proyecto de banda a la actualidad?
En principio, fue un afianzamiento total a mi personalidad. Sabés que tus roles ya son otros y que ahora estás en primer plano total. Al ser vos en el escenario y los flyers, la consciencia para ser dueño de lo que querés que pase es más instintiva. Con mi antigua banda armábamos el setlist en base a los grooves. Ahora como solista, el proceso antes del show es otro. Unos días antes hago un guión del show, qué quiero en base a las canciones elegidas y en complemento con las características físicas y sonoras de los datos que tengo sobre el lugar (amplitud de espacios, cómo está acustizado, si los shows de la casa son con sistema de sonido o más tipo fogón, etc).
Hay canciones que van primero para hacer los retoques finales en el calentamiento de las cuerdas vocales, y otras donde ya los agudos y falsetes fluyen por dicha preparación. Gracias una vez más a la música, en esta etapa reforcé la confianza en mi estructura
Hay dos singles dando vueltas. ¿Cómo fue el proceso de composición de las mismas? ¿Son el adelanto de un disco o la idea es trabajar de a dosis pequeñas?
Lo que uso para componer es mi guitarra, el teléfono y la netbook con el Audacity. Grabo todos los canales con la guitarra y en mi cabeza voy imaginando el timbre que quiero, con el tiempo de reposo llegan los arreglos y después el mensaje al productor. Disfruto mucho la parte de arreglar música, porque son los detalles que marcan las influencias y esto es una forma espiritual de agradecer al músico que te estimula en lo que su arte te marcó. En mi cuaderno armo un «triángulo compositivo», donde cada punta es una canción que me gusta ya sea por la emoción que me genera, escalas que usa, sonido, época, mensaje y tantas características que una obra transmite; y en el eje de la pirámide está mi resultado.
Soy un alquimista de la composición y el arreglo jaja.
Me gusta mucho mi metáfora sobre jugar un partido de pool. El primer disparo es para romper, que es cuando las esferas se dispersan y a veces alguna(s) entra(n). En el resto de los tiros uno ve si es momento de acomodar, embocar o complicar un poco la posición del tiro al oponente (que en este caso, muchas veces son las barreras mentales, [ojo! que no son lo mismo que desafíos]).
El primer disparo de mi single «Let’s Do It (Hagámoslo)» y los primeros shows fueron para romper los miedos, trascender la estructura que tenía y ver por dónde fluye mi naturaleza. Acá en fue todo instrumental y desarrollo compositivo y direccional de instrumentos.
La segunda ya mostré mi voz; y ya hay un plan de ataque para el tercer disparo, que incluye más músicos y un puñado de canciones que por el momento las oyen los presentes a mis shows.
En lo que tiene que ver con la gestión, la producción de mi canción «Ella», es un acierto en las logísticas del equipo que elegí para trabajar y asociarme.
¿Cuáles son las expectativas para esta gira en Buenos Aires?
Me gusta dar siempre un 30% más siempre. El primer año como solista en 2018, di 5 shows. 2019 fueron 7 y ahora voy por los 10 anuales. 3 ya hice en Trelew en la primer parte y los siguientes 3 en Buenos Aires me tienen con buen augurio; desde innovar en el repertorio y por las personas que me acompañan en el día a día. Dar entrevistas por primera vez en Buenos Aires me hace trascender en este 30% que me planteo cada año a nivel personal. Buenos Aires tiene muchísima cultura y pensamientos, en el primer show de Gira «Ella» que di el pasado viernes 13 de marzo en Colegiales, hablaba con un jóven y le hacía saber que cuando uno está en conexión desde adentro, atrae lo mejor; y en esta gira eso está pasando. Me preparé física y mentalmente los meses pasados, estoy conociendo y trabajando con personas de mucha ayuda y grandes valores; estrenando mi guitarra electroacústica, y encontrándome cada vez más con nuevas llaves para las siguientes puertas.
El vivir en Comodoro Rivadavia tiene pros y contras para tu carrera. ¿Cómo afrontas cada uno de estos aspectos?
Vivo el equilibrio de la geometría sagrada. La estepa patagónica es un gran sitio para sentarse descalzo a meditar, comer una fruta y tomar agua, ver las estrellas y escuchar las aves y a los demás animalitos. Ese estilo de vida se equilibra y hace más al disfrute en las grandes ciudades y las luces de los escenarios. Son ambientes opuestos que funcionan muy bien en reciprocidad una vez que los vivís.