Se unieron esfuerzos y se gestó una fecha muy especial en el clásico recinto de Palermo.
Pasadas las 21:30hs, la talentosa Sol Bassa se hizo cargo sola del escenario con su guitarra y voz. Durante aproximadamente veinte minutos nos presentó algunos de sus temas con una actitud muy rockera, empuñando su vieja Fender y subiendo de a poco la intensidad de una noche de muy alto voltaje
Pocos minutos después de las 22, se abre el telón y estalla Andrea Alvarez a todo trapo con su power trío, a puro riff con esos bombos y bajos que sacuden hasta el más recóndito de tus huesos.
Andrea con un mameluco lleno de estrellas y la batería al frente en el medio de la escena, fue presentando cada tema de un setlist que no dio respiro, con temazos notables como Alter ego y la poderosa reversión de Te maté porque sí.
También hubo tiempo para presentar nuevo material, que aún está en etapa de demo y que saldría a la luz en el transcurso de este año; justamente en el estreno de un tema nuevo, tentativamente titulado Policía de la corrección, pidió parar y comenzar de nuevo, obsesiva con el sonido, que estaba en manos que de nada más y nada menos que el legendario Adrián Taverna. Solo pidió ajustar su retorno para oír mejor a sus compañeros y seguir adelante. La formación se completa con Lonnie Hillyer en bajo y Tomás Brugués en guitarra.
Andrea también reivindicó una vez más la causa del feminismo, y en particular el rol de la mujer en el rock, desde sus albores, que hoy en dìa la tiene a ella como uno de los exponentes más notables de la movida El rock de las pibas; En consecuencia, el cierre del show fue con un cover de alguien que la influyó mucho en sus comienzos, Me vuelvo cada día más loca de Celeste Carballo, en una entrega demoledora.
El cierre de esta fiesta del rock estuvo a cargo de los pampeanos Knei, una banda con mucha presencia en el escenario, cuya estructura base es la de un power trìo, con Nicolás Lippoli en voz y guitarra, Mauro López en bajo y Roberto Figueroa en batería, pero que contó con varios invitados amigos, entre ellos Sol Bassa, Martín Rodríguez de Poseidótica, Maxi Leivas de Ayermaniana y la cantante Karina Vismara..
La propuesta sonora de esta banda, viene alineada con la contundencia y la intensidad que se venìa manejando en la noche, con un sonido ultra orgánico, en este caso más orientado al rock progresivo, cargado de riffs y pequeños remolinos de notas, más una buena dosis de psicodelia, pero sin abandonar el formato de canción.
Tocaron prácticamente al hilo una decena de temas,entre los que destacaron Nuvem leopardo en el comienzo, Jardìn con la mencionada Karina Vismara en guitarra acùstica y voz, Caso perdido con Sol Bassa en guitarra con slide y el gran cierre con ¿Qué está bien y qué está mal?
La densidad eléctrica comienza a disiparse lentamente, y esta jornada nos demuestra que el rock puro y visceral goza de muy buena salud, por más que muchos quieran darlo por muerto.