En la era de los singles, Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad eligen una dualidad: respetar la tendencia y la historia simultáneamente. Un disco que se divide en 3 etapas o partes, y cada una tiene su concepto y su definición. En estos días charlamos con Alan y nos dejó varias conceptos interesantes para desandar dentro de una propuesta artística con concepto y que no busca solo que sea música para pasar el tiempo.
¿Cómo nació la idea de presentar el disco en tres partes? ¿Hubo debate sobre las canciones que debían aparecer en cada etapa?
La idea de presentar el disco en tres partes surge como una adaptación a estos «tiempos pos-modernos». Busca, por un lado, aggiornarse a esta era de singles y de consumo inmediato y, por el otro, no dejar de lado la nostalgia del LP. También, lo que sucede en un disco entero es que le permite a uno poner en él canciones que no sacarías necesariamente como singles, pero que tienen un valor artístico y personal para nosotros creadores. Las canciones ya estaban seleccionadas y ordenadas antes de que decidiésemos dividir el álbum. Casi que por arte de magia, la división no alteró el orden previamente pautado y solamente le agregó, por decirlo de alguna manera, «puntos aparte».
La palabra ruptura aparece muchísimo en la presentación de este proyecto. ¿Qué significa para Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad?
Si bien para nosotros es muy importante el concepto de «ruptura», es también importante que cada oyente lo defina en sus propias terminologías. La idea es “no importa en lo que creas”, permitirte cuestionarlo, para así poder reivindicarlo. Salir, al menos por un rato, de tus zonas de confort, de las rutinas e intentar mirarlo desde afuera, como un espectador. Entender qué lugares habitamos por inercia y cuáles realmente nos pertenecen. Algo así como «mantener la casa ordenada» y no delegar nuestra identidad bajo el yugo del entretenimiento constante.
El primer disco tenía un año cuando se pusieron a trabajar en este. ¿Por qué fue tan rápido ese proceso de grabar nuevamente? ¿Quedó mucho material afuera?
Para el primer disco no quedaron muchas canciones afuera pero rápidamente empezamos a hacer otras. Somos las criaturitas de la ansiedad, ya lo avisamos en el título. Sentimos la necesidad de grabar nuevos temas y poder entregárselos a nuestro público. Para nosotros, las canciones que pueden existir sin la necesidad de que nosotros las ejecutemos, son canciones que de alguna forma nos trascenderán y seguirán existiendo incluso cuando nosotros no. Además, el primer álbum fue grabado por una banda que aún no se conocía, la banda se armó para grabar el disco, y teníamos ganas de hacer un disco que terminase de consolidar la identidad de la banda y construirlo de cero entre todos. Este fue el resultado de nuestra caprichosa ansiedad.
No hay un estilo marcado en las canciones, y a la vez hay una diversidad muy amplia. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que le ven a esto?
Creo que las ventajas son muchas. Por un lado, no estás condicionado a componer en un estilo definido, permitiéndote explorar hacia donde quisieras, sin estar atado a estructuras previamente definidas. Por otro, te permite, como músico, descubrir y enfrentarte a distintas ejecuciones, formatos y sonidos. Por último, la diversidad de estilos ayuda a que los universos literarios de las canciones puedan existir también en un universo sonoro, buscando coherencia entre lo que decimos y lo que se escucha. En cuanto a desventaja, podría ser más desde el lado del oyente que a lo mejor tiene ganas de escuchar algo más lineal. Es decir, si alguien quiere poner un disco de fondo para un estado anímico determinado, como por ejemplo «melancolía», bueno, digamos que va a tener que hacer su propia selección de canciones dentro de lo que ofrecemos (jaja). Si existe un elemento en común entre nuestras canciones, sería que todos intentan invitar a la reflexión, tocando temáticas sensibles y contemporáneas. Además, nos interesa que quién sea que nos oiga pueda espejarse a si mismo en los temas y de esa manera, hacerlos propios.
Desde su espacio, ¿de qué manera imaginan los próximos meses para la industria musical en lo que tiene que ver con conciertos?
En este preciso instante se nos hace algo difícil proyectar sobre el futuro de la industria. Esperamos que pronto podamos volver a los escenarios y a nuestras actividades. Mientras tanto, los medios digitales se han transformado en la principal herramienta de comunicación con nuestro público. Si bien no es lo mismo que el contacto directo, es la alternativa momentánea ante estas circunstancias. Por supuesto que es simplemente una solución parcial, ya que hay muchísimos otros sectores de la industria que hoy, ante esta situación están desamparados.