A nadie le interesa la música

Desde nuestro espacio radial bromeamos frecuentemente con el concepto de “esto atrasa”, el cual refiere a cosas culturalmente inexplicables en los tiempos que vivimos. El atraso cultural que tiene nuestra gente es aterrador, como explicarse que la gente vaya totalmente borracha y drogada a mas no poder, que hayan dos baños químicos vacíos a 5 metros y sea “de pillo”, orinar en el campo delante de miles de personas, que estés tomando una botella de ron dentro del predio porque el cacheo no estuvo, y vos no hiciste caso al pedido de la gente de seguridad que decía que no podías entrar con botellas.

La organización falló, obviamente, y nadie pone eso en tela de discusión, pero si vos estás con una nena de 6 meses en brazos en el medio de un tumulto enorme para salir del predio, algo que es usual en cualquiera de estos shows que se realizan en descampados a lo largo y ancho de nuestro país, el productor poco puede hacer.

Aquel concepto esgrimido por Solari en el documental “Tsunami”: “mi gente no conoce el sold out, van igual”, hoy se torna en una herramienta vital para caer con todo sobre su imagen. El tipo es ególatra, y lo sabemos desde que Los Redondos llenaban Huracán en los años 90, pero más que parar, hablarles y dejarlos sin la música que los anestesia durante 20 minutos, no puede hacer. Indio le hablaba a gente que en su mayoría no le interesan sus canciones, solo participar de un colectivo de excesos que los puede depositar en la muerte o en cualquier situación extrema, la cual en un tiempo se transformará en anécdota.

Hay que hacer hincapié en el show también, porque la constante es pedir canciones de “Los Redó”, pero el sonido fue de lo mejor que se pudo poner en una situación así, los arreglos y detalles se pudieron apreciar en los temas de su etapa solista, “Babas del diablo” y “Porco Rex”, entre otros, mostraron una banda excelsa que sumó un batero que le dio un pulso rockero importantísimo, pero que a nadie le importa porque solo quieren que toque “Los Redó”, así bardeamos al que tenemos al lado y la “agitamo´”

En una sociedad en la que nadie se hace responsable de nada, y que vive dando pasos hacia atrás como los cangrejos, es cuestión de tiempo encontrarse con este tipo de noches. La música queda huérfana porque a la gente no le interesa si el tipo toca bien o mal, y a los productores menos porque lo que importa es maximizar el margen de ganancia lo más que se pueda. La mayoría castigará a la figura de Solari, otros al productor, los menos castigados socialmente serán los asistentes que en su mayoría están internados por el coctel explosivo que consumieron en los días previos al concierto. Señores, pasen y vean una radiografía de la Argentina.

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