Vox Dei en La Trastienda 28.05.16

Vox Dei en La Trastienda

DSC_0063-2
El sábado a la noche llovió, mucho, casi sin parar, aunque afirman que siempre que llovió, paró. Sin embargo, quien casi no ha frenado en casi 50 años es Willy Quiroga al frente de Vox Dei. La formación actual, que incluye a Carlos Gardellini en guitarra eléctrica, y al hijo de Willy, Simón Quiroga en batería, se presentó en La Trastienda frente a un público de admiradores bien disímil. Hay cabelleras con canas pero también almas jóvenes con los sentidos encendidos en las mesas y sillas de madera que ocupan el salón, que dan ese clima íntimo y de cercanía, y que también dan la posibilidad de apreciar al detalle del espectáculo.
Gardellini sublima con su guitarra trucos y chiches de mil colores, y Simón es un músico excelso que cumple su rol a la altura de la situación, pero el centro de la escena es Willy. El saco largo, la camisa roja, el sombrero, las gafas, el bigote… el tipo es la estampa rockera encarnada con aura propia. Entre tema y tema, Willy habla con su público de manera relajada, como si las tablas fuesen su hábitat natural… es la sabiduría que lo ilumina por sus 76 vueltas al sol. Sus casi 50 años tocando, sin parar.
Suenan canciones de todas las épocas, los fans corean y se las saben todas. “Jeremías (Pies de Plomo)”, “Génesis”, “Libros Sapienciales”, “Ritmo y Blues” y “Las Guerras” son algunos de los puntos altos del concierto que se extenderá por casi dos horas. También hay invitados en el escenario. Aquí se destaca la presencia de Cristina Dall (ex Blancanblus) quien se suma a los teclados para una versión deliciosa de “Esta noche no parece igual”.

Luego de un breve intervalo, la tríada “Azúcar Amargo”, “Es una nube, no hay dudas” y “Presente (el momento en que estás)” ofician de cierre de una noche especial. Más allá de la performance espléndida del grupo durante todo el show, ser testigo por primera vez de la evocación de sonidos con tanta energía espiritual y tan esencial para la vida de tanta gente durante tanto tiempo, es un acto muy emocionante.

Más artículos
Malena Villa nos deja «Preso»