Buenos Aires vivió otra de esas noches en las que la energía parece salir del suelo. El viernes 28 de noviembre, Mandarine Park volvió a convertirse en territorio demoledor cuando YSY A tomó el escenario para un concierto que ya se cuenta entre los más significativos de su carrera: la primera presentación en vivo de Mordiendo el bozal, el EP que desde 2020 aguardaba su desembarco frente al público.
Acompañado por Yesan —clave en la creación del disco junto a Club Hats—, el artista abrió un capítulo largamente esperado por los seguidores. Durante años, Mordiendo el bozal funcionó como una pieza íntima, casi mítica, dentro de su obra; un material querido pero nunca celebrado en vivo. Esa deuda quedó saldada cuando sonaron “La primera vez”, “Sacarte tó”, “Tarde”, “Sobre el agua”, “Perdamono” y el tema homónimo, interpretados en un clima de intensidad absoluta, con Yesan aportando una presencia guitarrera fundamental para darle cuerpo a la reinterpretación del EP.
La ceremonia continuó con una selección precisa de hits que encendieron a un Mandarine Park repleto: “Cómo chilla ella”, “Trap de verdad”, “Ganas” y “Pastel con Nutella” funcionaron como puntos de ebullición, hilando diferentes etapas de la carrera de YSY A y recordando por qué su figura es una de las más influyentes del movimiento.
Los invitados ampliaron todavía más la magnitud del show. Acru irrumpió con fuerza para “Padre nuestro”, mientras que el ingreso de Duki provocó uno de los estallidos más grandes de la noche. La dupla revivió dos piezas fundamentales de Antezana 247 —“No sé” y “Vuelta a la Luna”— despertando un fervor que reafirmó la química y la historia compartida entre ambos.
Fiel a su estilo, YSY A sostuvo durante casi dos horas una conexión total con el público. Agradeció, habló de los años recorridos juntos y se movió con una seguridad magnética que mantuvo todo en un estado de vibración constante. “Gracias por estos años de amor”, lanzó, visiblemente atravesado por la emoción del momento.
No faltaron guiños al presente: desde Saturación Pop, su lanzamiento más reciente, presentó por primera vez “Uzbekistan”, señalando el camino de una nueva etapa creativa.
El cierre fue cinematográfico. Desde una plataforma elevada al final de la pasarela, el artista ascendió sobre la multitud en una imagen que quedará grabada en la retina de todos los presentes. Desde allí desató “Tamo loco”, coronando una noche que mezcló historia, reencuentro y euforia en partes iguales. Un verdadero ritual demoledor, de esos que solo YSY A puede comandar.
Las fotos de la noche de Mandarine Park estuvieron a cargo de Santiago Junco.
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