Con una vibra hipnótica y una fuerza escénica arrolladora, C.R.O culminó su “Malos Cantores World Tour” en el Movistar Arena con un show inolvidable que trascendió lo musical. Fue más que un concierto: fue una ceremonia de comunión artística, una muestra del momento consagratorio que vive el artista.
“Gracias por hacerme pasar el mejor día de mi vida. Gracias a todos los pibes del pogo. No tengo palabras para agradecer esto”, expresó conmovido.
Durante más de dos horas, el rapero y cantante argentino ofreció un espectáculo que fusionó intensidad, honestidad y un despliegue estético impecable. El estadio vibró con una atmósfera electrizante, donde cada tema se sintió como una confesión y cada interacción con el público, un lazo genuino.
El diseño visual del show fue otro de los puntos altos: luces envolventes y climas sonoros que acompañaron cada capítulo del recital. «Ruinas» fue uno de los momentos más emotivos: el estadio se llenó de luces de celulares mientras C.R.O flotaba sobre el público, generando un instante cargado de mística.
El repertorio combinó himnos que ya son clásicos con canciones de su última producción, reafirmando su crecimiento artístico. La lírica introspectiva, su flow afilado y la habilidad para cruzar géneros marcaron una narrativa potente, con él siempre al centro, irradiando carisma.
Desde que sonó “Conexiones” como apertura, el show fue una avalancha sonora. «Money», «Ella es una G», «Bizarrap», «Basura» y «Vida Cara» —esta última con Mesita como invitado— desataron la euforia. Luego llegaron «Reina», «Alas» y «Del infierno me escapé», antes de un quiebre más crudo con “Rock and Roll”, que llevó el show a una zona más oscura y visceral.
Los invitados no se hicieron esperar: Bhavi y Neo Pistea encendieron la escena con “Ocaso”, seguidos por Franky Style, Chulu y Troca para “Ahora Corren”. La energía rockera continuó con “Dame Rock” y “Mal de la cabeza”, donde la banda brilló con destreza instrumental.
«Ruinas» fue el corazón emocional del concierto, una pausa introspectiva en medio del frenesí. Luego, una seguidilla de temas como “Por Vos”, “Ciudad Gris”, “Solo”, “Aquella Noche”, “Luz” e “Infierno y Roll” mantuvo la intensidad sin decaer.
En la recta final, el estadio explotó con “Murciélago” y “Yo ya gané”, nuevamente con Bhavi, mientras que Neo volvió con “Hustlers” y Franky y Troca reforzaron el cierre con “Diamante en Bruto”. La interpretación de “Tony Montana” selló una conexión total con la audiencia.
El momento más épico fue la aparición de Cazzu para cantar “After House”: una dupla poderosa que provocó una ovación ensordecedora. Fue una escena memorable, de esas que marcan una época.
Para cerrar, una descarga final de energía con «Harakiri», «Tumbando el Club», “Que No Pare”, “Bardo” y “Bardera”. El Movistar Arena terminó vibrando al ritmo del festejo colectivo.
Más que el cierre de una gira que lo llevó por gran parte del continente, fue el manifiesto de que C.R.O está viviendo su mejor momento. La noche en el Movistar Arena lo confirmó como un artista consagrado, dueño de su historia y su futuro.
Ayúdanos a seguir creciendo
Si te ha gustado la nota, podés hacer una pequeña contribución para ayudarnos a seguir adelante con el proyecto. Si estás en Argentina, podés hacerlo a través de este enlace, y si te encuentras en cualquier otro lugar del mundo, aquí tenés el link correspondiente. ¡Gracias por tu apoyo
