La capital alemana atrae por su historia y por su apertura a ciudadanos y ciudadanas de cualquier raza, sexo y religión. Por el año 2013, Chucky Limón decidió emprender un viaje hacia allí y buscar un horizonte diferente en su vida. De una noche rabiosa en esa ciudad, nace este disco llamado «El Disco Rayado», compuesto por una decena de canciones grabadas en un plazo muy corto.
La particularidad de este lanzamiento es que es el vigésimo sexto disco de un artista que, con solo 35 años, trabajó siempre en el underground a partir de su concepción sobre la música, la cual podemos entender mucho mejor con este textual: El propósito de hacer música no es el éxito comercial ni mucho menos la fama. Me siento más identificado con la idea de que hacer música es pintar un cuadro, sin pensar si se va a vender, pero con la idea de que alguien pueda llegar a disfrutarlo como yo he disfrutado la música de otros».
Una de las causas de este trabajo tan repentino fue la pérdida de un disco rígido con material para cuatro trabajos, según lo que cuenta Chucky Limón. «El Disco Rayado» está compuesto y producido por él, se grabó en el barrio de Kreuzberg, zona de estudiantes y en la cual se puede encontrar la galería de arte a cielo abierto más grande del mundo.
El argentino radicado en Berlín cuenta lo siguiente sobre el trabajo por detrás de estas canciones: “Este nuevo disco habla de una idea no lineal del tiempo, de que puede ser cíclico, en loop, y hasta se puede inventar el orden. Lo crees, lo creas. La pandemia cambió mucho todo; el propósito de las cosas, la realidad misma. Ahí nació el concepto, de las situaciones que se repiten, de caer en la misma piedra, del hecho de que nos contradecimos todo el tiempo, y que pasarse de la raya es parte de nuestra naturaleza”.