Una banda del Oeste que viene trabajando su propuesta hace muchos años, sin embargo a contramano de lo que dictan hoy la escena forjó su camino en el vivo. Entraron a un estudio, grabaron un disco, «El ritmo de la rutina», y los agarró la pandemia. A continuación nos cuentan todo el camino y porqué por el momento prefieren esperar para mostrar este disco en vivo.
¿Cómo fue el proceso de composición de estas canciones? ¿Fue difícil la elección?
Algunas canciones ya se venían tocando desde hace años, y otras fueron compuestas para el disco. A las canciones que ya tenían su recorrido, lo que hicimos fue volver a producirlas y, en algunos casos, reversionar. Las canciones nuevas fueron compuestas musicalmente en la etapa de preproducción del disco, previo a entrar al estudio.
Sí, fue difícil porque quedaron algunos temas afuera que cuentan con más variedad de estilos, por ejemplo cumbia o rocksteady, será seguramente lo próximo que lancemos.
Es una banda que tiene 8 años de vida pero el primer material llega en este 2020. ¿Lo toman todo como un proceso de maduración o sintieron que este fue el momento?
Un poco de las dos cosas porque siempre fuimos una banda de tocar mucho en vivo y le tomamos el gusto a esa faceta nuestra. Los años y las experiencias nos hicieron entender, que para seguir creciendo, necesitábamos un material de estudio para que la gente tenga más fluido acceso a nuestra música. Se dio el quiebre de entender esto luego de bajar de 2 shows de Auditorio Oeste y uno en La Trastienda, el disco no pudo llegar en mejor momento.
Con tantas propuestas dando vueltas. ¿Que le dirían a la gente que se acerca a escuchar a la banda?
A lo literal de lo que exponemos en nuestras letras y la versatilidad de nuestra música, nos gusta agregarle la propuesta artística extra. Se puede ver en nuestros shows que es mucho más que música, y también en nuestro disco con recortes de audios que hacen referencia a instituciones o problemáticas sociales que decidimos exponer. Nos pasa que muchos se sienten representados, y eso nos da la identidad de que Ciudad De La Fe es mucho más que música.
¿De qué manera encaran el lanzamiento de un material en este contexto? ¿Cuál es la visión que tienen con respecto a un concierto por streaming?
Nos focalizamos en los medios y en tratar de tener difusión del material, confiando en nuestro trabajo de producción musical. Nos cuesta el concierto por streaming, seguiremos produciendo música o vídeos pero sin el público y la magia que tiene el show en vivo con gente. No nos queda más que esperar, nos cuesta enfocar frente a un celular o la idea de grabarnos para exponer material cada uno desde su casa nos parece frío. Por el momento, no vemos factible sumarnos a ese formato como medio común para mostrar el material. Pero quien te dice, capaz mañana se vuelva necesario, es difícil.
¿Cómo fue la actividad de Ciudad de la Fe a lo largo de este período de pandemia?
La pandemia nos afectó a todos y nos limitó a la hora de poder reunirnos para seguir ensayando y produciendo como equipo. Contábamos con la ventaja de que dos singles y el disco fueron terminados justo al comienzo de la pandemia, entonces fuimos tirando el material a medida que iban avanzando los meses. No vemos la hora de que esto se levante para poder presentar el material en vivo.
¿Qué está sonando en la playlist de la banda en estos momentos?
A pesar de nuestras diversidades musicales tomamos como referencias muchos de los estilos que tocamos nosotros, nos podemos encontrar desde bandas de ska fusión como Panteón Rococó y Voodoo Glow Skulls hasta cumbia y rocksteady como Santaferia y Tokyo Ska Paradise Orchestra. Hoy, por ejemplo, sonó en mi casa Rels B y Angela Leiva para que se den una idea.
