La lucidez es un bien que se va valorando a medida que pasan los años, muchos lo detectan temprano y tratan de correrla año a año, otros se acuerdan tarde cuando ya el tren pasó. A todo su talento artístico, Fito le agregó una lucidez altísima en este tramo de su carrera. Con esto no queremos decir, que no lo haya sido a sus 25 años, sino que quizás los argentinos no habíamos disfrutado de nuestros próceres musicales cuando se ponían grandes.
El rosarino nuevamente tomó la consigna de #quedateencasa para regalarnos un show más emotivo aún que el de marzo último. Con una producción mayor que le da aún más brillo a la velada, se despachó con «La Conquista del espacio», tema que abre su último disco, para comenzar. Lo acompañaron algunas pistas que lograban que las nuevas composiciones brillen aún más. Otro claro ejemplo de esto fue, sobre el tramo final, «Todo termina» con la banda completa sonando de fondo.
Para sorpresa de todos, «El mundo cabe en una canción», disco del año 2006, fue la columna vertebral del show. «Entrance», «Te aliviará» y «Eso que llevas ahí», en el podio de las más destacadas, sonaron a lo largo de los casi 90 minutos del show. Los clásicos no faltaron a la velada: «Mariposa Tecnicolor», «Dar es dar», «Tumbas de la gloria» (otro highlight) y «11 y 6», entre otros.
La noche iba a tener un plus más que sorprendió a los cientos de miles que disfrutaban la transmisión en vivo, Paez alabó la nueva obra de Dylan y recomendó escucharla fervientemente, pero no solo se quedó con eso sino que se despachó con una versión de «I contain multitudes», una pluma revisionista del gran Bob que volvió a publicar canciones propias. Una interpretación sentida con el agradecimiento de Fito sobre el final para el compositor de «Knocking on heavens door», entre otras.
Obviamente hubo agradecimientos para todos que lo acompañan en este momento, para la gente que le mandó versiones de sus canciones y para los y las que están en la primera línea peleando contra la pandemia. Pidió por una nueva normalidad, «arranquemos de cero porque la normalidad no me gusta», fueron sus palabras y deseó que la próxima sea en un escenario con gente.
«Y dale alegría a mi corazón» nos despidió y nos cortó el hechizo que Páez logró sobre nosotros una vez más. La nueva forma de consumir o disfrutar conciertos está en marcha, el enorme Fito, una vez más, muestra el camino a seguir en esto tan hermoso que se llama música. Aprovechemoslo y hagamosle caso, vamos a ser un poco mejores seguramente.