Si podemos resumir la carrera de Mi Amigo Invencible en una palabra, esta sería reinvención. Ya con más de diez años en la escena, los mendocinos parecen nunca querer dejar de experimentar qué tan lejos pueden llegar. Con su última producción, “Dutsiland”, marca sin duda que la banda atraviesa un gran momento y se puede evidenciar en sus shows.
En un Niceto Club repleto, entre luces rojas saturadas y gritos de personas, Mariano Di Cesare inició el último show de la banda en Capital. Y vaya que alucinaron.
“Si tenes aguante, deberías animarte”
La elegida para iniciar la noche es “Nadie en la casa”, parte de su último LP, caracterizada por una línea de bajo grave, que te deja un especie de trance. No queda más que dejarse llevar por la música y empezar a bailar. “Colmillos” y “Fósil” son las que le continúan y los invencibles se lucen. “Colmillos” es sin duda una de las clásicas del repertorio, que siempre es bien recibida por los más leales seguidores de la banda.
En “Fósil”, sin embargo, es donde muestran un poco acerca de su nuevo sonido. En una balada como sacada de algún viejo disco de “Radiohead”, Di Cesare y compañía cuestionan nuestra realidad acompañados de una guitarra acústica y enérgico beat de percusión.
“Dame tiempo para despertar” exclama abstraído el vocalista, en una voz profundamente hipnotizante. Estamos ya completamente sumergidos.
En un recorrido ahora por algunos de sus más grandes éxitos, los mendocinos continúan este viaje con “Temblor” y “Los Lobos”. La gente empieza a bailar y el veranito se hace sentir en la sala entre pasos sudorosos y risas.
La optimista “Dutsiland” nos lleva de paseo a alguna pradera, mientras los acordes de Nicolás Voloschin nos cobijan entre luces de colores. Pero uno de los momentos más relevantes de la noche llegaría cuando Esmeralda Escalante de Ainda subiera al escenario a cantar “Un Minuto Antes”, dándonos un respiro para contemplar entre las sombras sus dulces voces suaves.
La verdadera explosión de la noche llegó con “Máquina del tiempo” y “La Danza de los principiantes”. Entre pogos y gente coreando la canción, Mi Amigo Invencible habría logrado el clímax entre las nuevas luces del anochecer y un público completamente extasiado.